La Audiencia de Zaragoza juzga mañana y el martes a una mujer para la que el fiscal pide 55 años de prisión por el asesinato intencionado de dos de sus hijas cuando tenían dos y tres meses de edad, respectivamente, e intentarlo con una tercera, todas ellas por asfixia.

El ministerio fiscal solicita por cada uno de los dos asesinatos 20 años de cárcel y 15 por asesinato en grado de tentativa, todos ellos con la agravante de parentesco, según las conclusiones provisionales del fiscal a las que tuvo acceso EFE.

Según la versión de la Fiscalía, la procesada, I. B, natural de marruecos de 27 años y sin antecedentes penales, produjo de forma intencionada la muerte por asfixia mecánica a dos de sus hijas y por el mismo procedimiento trató de acabar con la vida de una tercera, que no llegó a fallecer.

Para lograr su propósito, obstruía de forma deliberada las vías de respiración de sus hijas de corta edad produciendo en las menores un estado similar de asfixia en los sucesivos episodios en los que las niñas fueron asistidas en varias ocasiones en la unidad de pediatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y también en un centro de salud, según la versión del fiscal.

Las menores presentaban estados de acidosis metabólica no justificados por ninguna patología o elemento hereditario que afectara a las niñas, remitiendo esta situación en la mayor parte de las ocasiones de forma rápida y sin secuelas con simple oxigenación y separando a las menores de su madre.

La primera en fallecer fue S.R.B., nacida el 2 de mayo de 2011, quien ingresó en el hospital pediátrico Miguel Servet de Zaragoza hasta en cuatro ocasiones distintas, en fechas que van del 31 de mayo al 29 de junio, siendo en todas ellas dada tras permanecer en cada una de las ocasiones entre cuatro y diez días ingresada.

La pequeña falleció el 28 de julio después de ingresar nuevamente, en este caso en el centro de salud "Las fuentes norte" de Zaragoza, con parada cardiorrespiratoria.

La segunda niña, R.R.B., nacida el 5 de febrero de 2013, ingresó en la unidad de pediatría del Hospital Miguel de Servet por el mismo motivo el 14 de marzo, le dieron el alta el 25 y, al día siguiente, volvió a ingresar por uno de estos episodios.

En el propio hospital, cuando estuvo a solas con su madre la niña volvió a ponerse mal, ingresó en la UCI donde experimentó una recuperación rápida sin secuelas y fue dada de alta, momento en el que fue declarada por el instituto aragonés de servicios sociales en situación de desamparo, pasando a un acogimiento residencial.

Se acordó el cese de la situación de desamparo el 17 de julio de 2013, cuando la niña regresó con su madre.

La tercera niña, M.R.B., nacida el 22 de agosto de 2014, fue ingresada en el mismo hospital Miguel Servet por un episodio similar el 16 de octubre, fue dada de alta, y el 21 de noviembre ingresó en el centro de salud "Las fuentes norte" en parada cardiorrespiratoria por un cuadro de la misma naturaleza. La niña falleció con casi tres meses de edad.

El padre de las menores y marido de la procesada renuncia a ejercitar acción alguna por estos hechos.

La mujer fue detenida y, tras declarar ante la juez de Instrucción número 3 de Zaragoza, Nieves Ferrer, fue enviada a prisión provisional a Zuera (Zaragoza).

La familia residía en un barrio de la capital aragonesa, al este de la ciudad, cuyos vecinos se mostraron cuando trascendió la noticia horrorizados y extrañados por esta tragedia, dado que aparentaban ser una familia normal.

Al parecer, según publicó el Heraldo de Aragón, la mujer cree en unos espíritus malignos, llamados djinn, una suerte de demonios que figuran en el Corán y que se adueñan de los lactantes menores de tres meses si no cuentan con la protección necesaria.

De acuerdo con esto, los espíritus entrarían por la boca de los niños cuando aún no les han salido los dientes y por eso no pueden defenderse, motivo por el que se supone que les tapaba continuamente la boca a las pequeñas.