Mucha tensión hubo ayer entre las personas que acudieron a un juicio por un caso de abusos sexuales a tres menores, que en el momento de los hechos eran alumnas del acusado en un colegio de Los Silos, pues las posiciones son radicalmente opuestas. Dos de las menores aseguran que, cada vez que iban a la mesa del profesor, les tocaba las nalgas. Y una tercera afectada aseguró que, en dos ocasiones, le tocó la parte interior de un muslo hasta la ingle y, otro día, le metió la mano por dentro del "legin" hasta llegar a rozar la ropa interior a la altura de la zona genital. El procesado negó los hechos de los que se le acusa y atribuyó las denuncias a que la principal víctima, a pesar de que era una alumna con buenas notas, tendía a ser una especie de "líder", que no siempre trataba de forma adecuada al resto de compañeros de clase y así se lo hizo saber.

La madre de la menor con tocamientos más graves explicó que su hija no tuvo problemas de rendimiento escolar tras ese episodio, que es noble y que no ejercía de líder en el grupo de clase. Esa mujer dijo que, al advertir del caso, no encontró apoyo del director ni del inspector de zona. Según esta persona, el director le afirmó que era la palabra de la niña contra la del profesor y que se le podría facilitar su incorporación a otro centro educativo. Tanto esta mujer como el director del centro afirmaron que el acusado reconoció en una reunión, tras el episodio más grave, que "le tocaba el culo". La víctima principal negó que fuera la "líder" del grupo y dijo que lo único que quiere es que esos abusos no los sufra nadie más. Según esta menor, el tocamiento en su zona genital se produjo cuando, en torno a la mesa del profesor, estaban ella (delegada de clase), y otra denunciante (subdelegada) preparando rifas para el viaje de fin de curso. La afectada estaba en el centro, el profesor estaba a su izquierda y la otra alumna, a su derecha. Esa actividad se hizo tres días. El lunes y el martes, el profesor le tocó el muslo y llegó hasta la ingle, según la menor. Y el miércoles, el docente le metió la mano por dentro del pantalón, según dicha alumna. La víctima asegura que, mientras lo hacía, el profesor le dijo: "¿Me estoy quieto?". La afectada dijo que se quedó muy nerviosa, por lo que preguntó: "¿Qué?". Y el docente lo repitió. La subdelegada, también denunciante, asegura que vio cómo el maestro tocaba el muslo hasta la ingle de su compañera y, frente a lo que dijo a la Guardia Civil y en el Juzgado, ayer señaló que no vio que introdujera la mano por el pantalón. Esta víctima y una tercera coincidieron al explicar que el procesado, al llegar a su mesa, les ponía la mano en la espalda y la iba bajando hasta acariciarles las nalgas. Después, les daba una palmada en el culo cuando se iban.