Miembros de la Guardia Civil destinados en el Equipo ROCA Tenerife, especializado en robos cometidos en explotaciones agrícolas y ganaderas, culminó recientemente una intervención que acabó con la imputación de cinco personas a las que se les atribuye la sustracción de alrededor de una tonelada de aguacates en diferentes fincas del municipio de La Orotava.

El operativo, denominado Haas, permitió actuar contra las mencionadas personas, que formaban una banda estructurada y están considerados responsables de varios delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico.

Los profesionales del Equipo ROCA iniciaron el servicio a raíz de las denuncias y la alarma social generada entre agricultores de la zona alta de La Orotava, después de que sufrieran diferentes robos de productos hortofrutícolas, concretamente de aguacates de la variedad rugosa.

Los funcionarios del Instituto Armado comenzaron a desarrollar el operativo para tratar de esclarecer los mencionados hechos delictivos.

Los robos han tenido lugar en el transcurso del presente año. Desde el mencionado Equipo se reconoce que, durante el 2016, se ha producido un incremento sustancial de las sustracciones en fincas de aguacates.

Los autores de los delitos ahora esclarecidos forzaron las vallas perimetrales de las explotaciones agrarias y realizaron huecos para acceder hasta las huertas de aguacates y sacar los mencionados productos.

Los guardias civiles estiman que la cantidad de aguacates que ha sido sustraída asciende a una tonelada.

La citada mercancía puede tener actualmente una valoración en el mercado que ronda los 5.500 euros. Además, los productores agrarios sufrieron serios daños en el vallado de sus propiedades. El "modus operandi" de las personas investigadas se basaba en un control de las fincas seleccionadas para perpetrar los delitos contra el patrimonio.

De hecho, los ahora imputados son vecinos de la zona alta de La Orotava, que conocían perfectamente la ubicación de las explotaciones agrarias, los accesos a las mismas, la calidad del producto y su estado de maduración para proceder a la recolección de los aguacates. La banda estaba configurada por dos personas que planeaban las entradas en las fincas y, de forma esporádica, incorporaban a otras personas para realizar las tareas de vigilancia y de carga del producto.

Los autores entraban en las explotaciones a primeras horas de la tarde (a plena luz del día) y, para realizar el transporte, se valían de un coche al que abatían los asientos traseros para que hubiera más espacio para la "mercancía".

El producto se vendía entre particulares y fruterías del Norte de la Isla a 2,50 euros el kilo.