La Policía Nacional de Alicante detuvo a un británico reclamado por las autoridades de su país por un delito de abuso sexual a menores cometido entre octubre de 1994 y la primavera de 1995.

Los tribunales de Newcastle le imputan ocho cargos de asalto a menor de 16 años, delito con pena prevista de diez años de prisión.

Según las fuentes, el ahora detenido se ganó la confianza del padre de una de sus víctimas para que permitiera que el niño le hiciera visitas esporádicas a su domicilio, donde cometía los abusos.