La Policía Nacional esclareció, con la detención de los cuatro integrantes de un grupo criminal muy violento, un atraco perpetrado en abril en una joyería del sur de Gran Canaria en el que sustrajeron objetos valorados en 935.000 euros tras agredir de gravedad al dueño del establecimiento.

Los cuatro arrestados, tres hombres y una mujer, dos de ellos ya en prisión por estos hechos, actuaron de manera extremadamente violenta y de forma organizada, estableciendo funciones de vigilancia previa, seguimientos asistidos con GPS y venta de los objetos sustraídos, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Canarias en un comunicado.

Emplearon, además, guantes y máscaras de silicona adquiridos en internet para ocultar el rostro, y sustrajeron 130 anillos, 54 pendientes, 38 colgantes, 13 relojes, 60 cadenas y 38 pulseras de oro valorados en más de 935.000 euros.

Los hechos se desencadenaron la noche del pasado 8 de abril, después de que el hijo del dueño de la joyería alertara a la Policía de que había acudido al establecimiento, situado en un centro comercial de Playa del Inglés, y lo encontró cerrado, aunque desde el exterior pudo observar un gran charco de sangre en el suelo junto al mostrador, pero no a su progenitor. Los agentes desplazados al local forzaron la puerta y comprobaron que en su interior había un hombre tendido en el suelo, con las manos atadas a la espalda, graves heridas en el rostro y la ropa impregnada de sangre.

La ambulancia que asistió a la víctima la trasladó hasta un hospital del sur grancanario, donde fue tratado de numerosos hematomas y cortes en la cabeza, además de un coágulo encefálico que requirió su derivación urgente al Hospital Insular de Gran Canaria, donde quedó ingresado.

El comercio se encontraba desordenado y con numerosas vitrinas de seguridad abiertas de las que faltaban gran cantidad de objetos de valor.

Las diligencias fueron decretadas secretas por la autoridad judicial.

Las pesquisas se centraron en un grupo criminal organizado, especializado en los robos violentos en joyerías y detectados por los investigadores en el sur de la isla.

Así fue cómo se pudo identificar a la única de sus integrantes, una mujer que se encargó de realizar las vigilancias en la joyería durante los días previos al robo.

También se pudo determinar que el día de los hechos, minutos antes del cierre del comercio, uno de los hombres del grupo acudió a la joyería portando gafas, gorro, guantes y una máscara de silicona para ocultar su rostro e impedir su identificación.

Tras acceder a la tienda, golpeó violentamente al propietario y sustrajo de los escaparates y vitrinas del mismo el botín, valorado en más de 935.000 euros.

Algunas piezas

Los investigadores localizaron algunas de las piezas sustraídas que habían sido vendidas por uno de los integrantes del grupo en comercios especializados ubicados en distintos puntos de la isla. Con todos los indicios recabados, la autoridad judicial ordenó el pasado 9 de junio la entrada y registro en el domicilio de dos de los miembros de la banda, ubicado en un complejo de la zona de Sonneland, en San Bartolomé de Tirajana.