Guardias civiles del Área de Investigación del puesto de Granadilla cerraron una investigación que permitió imputar al propietario de un BMW de alta gama como presunto autor de una estafa y una simulación de delito. Además, un mecánico está investigado como cooperador necesario. Supuestamente, el propietario del automóvil de alta gama, valorado en 50.000 euros, denunció el robo y el despiece de su turismo. Pero los agentes determinaron que la historia tenía otras motivaciones.

Los hechos se remontan al pasado 10 de julio, cuando una patrulla del puesto de Granadilla encontró, en un camino cercano al polígono de Las Chafiras, en San Miguel, un vehículo al que le faltaba gran parte de las piezas del interior del habitáculo o las puertas, por ejemplo. Los agentes realizan gestiones para localizar al propietario y lo consiguen. El dueño informa de que lo dejó correctamente aparcado en una calle de Golf del Sur la noche anterior y no lo había vuelto a ver desde ese momento.

Después de denunciar la sustracción, el Grupo de Investigación se hizo cargo de las pesquisas y asumió como principal hipótesis la existencia de un intento de estafa al seguro, ya que el vehículo estaba asegurado a todo riesgo con un valor de 50.000 euros.

Los agentes se percataron de que dicho vehículo fue desmontado con sumo cuidado, puesto que ningún cable fue cortado y las piezas no tenían daños por la extracción de otras.

Eso hizo sospechar a los guardias de que la intención era volverlo a montar posteriormente.

El Área de Investigación logró pruebas suficientes para demostrar que el dueño había mentido en su denuncia y que nunca hubo la sustracción del vehículo, según la información divulgada ayer por parte de la Comandancia Provincial del Instituto Armado.

Estudiadas más de 70 piezas diferentes

Tras reunir las pruebas suficientes, los investigadores citan al propietario del vehículo para comparecer en sede policial. Allí le muestran las pruebas e indicios que desmontan lo narrado en su denuncia. Ante dicha situación, el hombre reconoció finalmente los hechos y los funcionarios del Instituto Armado le imputan simulación de delito. En la declaración que efectúa con posterioridad, señaló que, a través de un amigo, conoció a una persona de la que supuestamente no conocía su identidad, pero sí sabía que era mecánico. A este profesional le propone que desmonte el BMW para simular su sustracción y, una vez cobrada la indemnización de la compañía aseguradora, repartirse el dinero. Posteriormente, el dueño del turismo de alta gama hace entrega de las piezas del automóvil. Dichos componentes suman más de 70, que son revisados y estudiados de forma minuciosa por los guardias civiles especializados. Una vez finalizado ese análisis, los agentes consiguen las pruebas necesarias para vincular a un mecánico que trabaja en un taller situado en el polígono industrial de Las Chafiras como cooperador necesario para la comisión de los hechos delictivos mencionados. A este hombre se le citó en el cuartel de Granadilla y se le imputó la simulación de un delito.