La Guardia Civil desarticuló en Canarias una organización dedicada a la introducción de hachís en Canarias desde Marruecos mediante embarcaciones neumáticas. La investigación, efectuada por el Equipo contra el Crimen Organizado de Canarias (ECO) y el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Santa Cruz de Tenerife, partió de una información obtenida por la Policía Judicial de Los Llanos de Aridane, que apuntaban que un grupo de traficantes de La Palma podían tener contactos con marroquíes que disponían de medios para el tráfico de dicha droga.

Los agentes llegaron a la conclusión de que el contacto magrebí de la banda de Los Llanos de Aridane podía tener un papel destacado a nivel regional en el grupo delictivo investigado. Ese ciudadano marroquí tenía contactos con compatriotas en el Archipiélago y en Marruecos, concretamente en El Aaiún, con quienes acordó la compra de grandes cantidades de hachís, tanto para el grupo de La Palma como para otro en Gran Canaria.

Ante la sospecha de que la organización integrada por marroquíes estaba preparando un desembarco de hachís en una isla canaria, agentes del ECO y del EDOA se desplazaron hasta Las Palmas para preparar su trabajo operativo.

Dichas unidades del Instituto Armado, especializadas en la lucha contra el narcotráfico, tuvieron conocimiento de que el patrón de una embarcación partiría desde Gran Canaria hacia un punto de encuentro para el transbordo de la sustancia estupefaciente.

Por su parte, los miembros de la organización criminal desplazados a Marruecos trazaban un plan de navegación concreto y tenían prevista la llegada de la droga al norte de Gran Canaria para el pasado 22 de septiembre, según trascendió ayer.

Ante dicha posibilidad, los guardias civiles intensificaron las labores operativas, con el apoyo de embarcaciones del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, en torno al muelle pesquero de Sardina del Norte, en el municipio de Gáldar.

Paralelamente, los agentes tuvieron conocimiento de la llegada desde El Aaiún de uno de los principales miembros de la organización magrebí.

Ese líder era el encargado de las labores de supervisión de carga del hachís, selección de personal y trazado de las rutas marítimas a seguir, entre otras cosas.

La patrullera de la Guardia Civil consiguió ese día interceptar la embarcación neumática que trajo el hachís, así como a sus ocupantes, que en vano realizaron múltiples maniobras de huida y despiste.

Estas personas fueron arrestadas como presuntas autoras de un delito contra la salud pública. Pero el transbordo se había hecho previamente y la droga estaba en una embarcación controlada por el arrestado de nacionalidad española.

Los detenidos tienen entre 30 y 40 años

Durante la madrugada del 23 de septiembre, los guardias civiles responsables de la operación Teatrero ordenaron detener urgentemente a todos los investigados. En esa jornada se apresó al patrón español cuando se dirigía a su vehículo para extraer del mar la embarcación cargada con la droga. Fue el propio arrestado quien explicó que en la parte delantera de su embarcación de cabina había, al menos, una veintena de fardos de hachís. Ese dato se confirmó posteriormente en la Comandancia de Las Palmas, cuando los investigadores registraron la cabina del barco, donde encontraron 27 fardos, con un peso total de 810 kilos de hachís. Otras cuatro personas marroquíes fueron apresadas, incluido el líder de la trama, que fue localizado en el Sur de Gran Canaria. Una vez analizados los dispositivos móviles de la organización de narcotraficantes, se comprobó que los miembros de esta utilizaban un sistema de mensajería instantáneo para el control de las posiciones de las diferentes patrullas de la Guardia Civil, con el objetivo de realizar sus acciones ilícitas con la mayor seguridad y evitar ser detectados en algún control. Después de ser apresados en septiembre pasado, los agentes destinados en el EDOA de Santa Cruz de Tenerife y en el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de Canarias continuaron con las investigaciones hasta comienzos del presente mes. Los funcionarios del Instituto Armado también desarrollaron dos registros domiciliarios. Los detenidos, cuatro marroquíes y un español, tienen entre 30 y 40 años. A los acusados se les imputa un delito de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Además, los agentes estudian si les imputan un tercer delito de blanqueo de capitales. Como consecuencia de la operación, fueron interceptados 810 kilos de hachís, 21.325 euros en efectivo, seis teléfonos móviles y un teléfono satelital, una embarcación tipo cabina, una lancha neumática con dos motores, dos vehículos y diverso material electrónico, entre otras cosas.