El Tribunal Supremo condenó a tres años y medio de prisión a un hombre de Tenerife que, haciéndose pasar por curandero, estafó a una mujer que padece una enfermedad mental y de la que consiguió que le comprara dos coches de alta gama y una motocicleta. Además, la convenció para que le autorizase la venta de su casa.

El alto tribunal desestimó el recurso presentado por el acusado, que responde a las iniciales de A.F.G, y le impone además una multa de 2.700 euros y la obligación de indemnizar con 109.527 euros a la mujer a la que conoció después de que esta contactara con una línea telefónica relacionada con el esoterismo.

La sentencia, de la que es ponente el magistrado Antonio del Moral, modifica el fallo de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que en 2015 condenó al acusado a dos años de prisión por delito de estafa y multa de 2.400 euros, y concluye que este aprovechó "la fragilidad psíquica de la víctima" para "obtener un lucro adicional".

Los hechos se remontan a 2010, cuando la afectada dio con la madre del acusado y este le ofreció sus servicios como curandero a cambio de dinero. Con el tiempo, la víctima se desplazó varias veces desde Cuenca a Tenerife para que A.F.G. le hiciera supuestos "tratamientos". Una vez en la Isla, el procesado consiguió que ella le comprara dos coches de alta gama que presuntamente iban para curanderos en el extranjero.

La mujer acabó adquiriendo un Volskwagen Touareg por valor de 33.139 euros y un Mercedes Benz por 22.463 euros que fueron transferidos al acusado, al igual que una motocicleta Suzuki (9.046 euros). La relación de cercanía era tal que incluso logró convencerla para que le permitiera gestionar la venta de su casa, algo que finalmente consiguió y por la que se embolsó un beneficio neto de 51.878 euros. El tribunal de segunda instancia concluyó que la víctima padece un trastorno de ideas delirantes y que está "estrechamente relacionado" con sus creencias culturales; unas ideas respecto a las que tiene especial sensibilidad. Según las pruebas, sufre limitaciones en los asuntos relacionados con las gestiones bancarias o de su patrimonio.