La abogada del sospechoso de la desaparición del menor Yéremi Vargas, conocido como "El Rubio", ha afirmado hoy que existen pruebas objetivas que lo exculpan de haber violado en 2012 a un niño en su chabola, pero "se necesita una sentencia condenatoria por lo que viene detrás".

En la última sesión del juicio celebrado esta semana en la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, que ha quedado visto para sentencia, la letrada Gloria Esther Rivero ha reclamado la absolución de su defendido, para el que la Fiscalía solicita una pena de 13 años de prisión por no tener "ninguna duda" de su autoría tras la prueba practicada.

Una prueba que para la letrada Rivero en "modo alguno ha desactivado el principio de presunción de inocencia", pues han sido "contundentes" los informes de la médica del Servicio Canario de la Salud y de los médicos forenses, que no apreciaron signos de penetración tras explorar al menor en 2012.

Así mismo, ha dicho que igual de contundentes han sido los dos informes de las psicólogas forenses, que señalaron que la versión del niño no era "cien por cien creíble", tanto en el primero emitido meses después de la denuncia como en el segundo, cuando se reabrió el caso y se culpó a su defendido, a quien cree que se quiere buscar un perfil de pederasta, porque, según ha precisado al concluir la vista, no tiene ni antecedentes ni denuncias al respecto.

Rivero ha expuesto ante el tribunal que los hechos juzgados son producto de la invención del menor, debido al ambiente hostil en el que ha vivido, en una familia desestructurada y disfuncional, y que se debe tener en cuenta la influencia que ha ejercido sobre el menor el caso de Yéremi Vargas, el niño que desapareció en 2007 de Vecindario, una localidad próxima a la de El Doctoral, donde supuestamente ocurrió esa violación y donde reside.