El Ministerio Público (MP-Fiscalía) de Panamá pidió ayer a la Justicia la pena máxima, de 30 años de prisión, para los tres sospechosos del asesinato de dos españoles en 2012 en una finca del Caribe panameño.

A casi cuatro años del crimen, el dictamen final sobre este caso podría conocerse en 30 días, término al que se acogió ayer el Segundo Tribunal de Justicia para dictar sentencia, según informó el Órgano Judicial de Panamá.

En la audiencia ordinaria del caso, celebrada el pasado miércoles, la fiscal superior Geomara de Jones alegó ante el tribunal que los acusados, los panameños Luis Ramos, Emenegildo Prestán y René Antioco, son los autores principales del doble homicidio.

Los tres afrontan los cargos de delito contra la vida e integridad personal, y el patrimonio económico, en perjuicio del español José Antonio Perdomo Cebrián, de 57 años, y su amigo y compatriota Miguel Untiedt, de 67, hallados muertos con disparos de escopeta en la cabeza y otras partes del cuerpo, según la información oficial.

Los abogados de la defensa, Isis Murillo, Ricardo Cerezo y Fernando Levy, solicitaron ayer una sentencia absolutoria para sus defendidos, y alegaron que no hay elementos que prueben que alguno haya cometido los disparos mortales.

Una fuente del Órgano Judicial dijo a Efe que tanto Ramos como Prestán señalan a Antioco como el único autor de los crímenes, aunque la defensa de este último no esgrimió nada al respecto.

El 13 de diciembre de 2012 los restos de los españoles fueron encontrados en la finca Caño Ciego, propiedad de Untiedt, en la comunidad de La Guaira, en la provincia caribeña de Colón.

La hipótesis que se hizo pública en ese momento indica que los españoles fueron atacados por cazadores furtivos en venganza por un incidente previo en relación con unos perros.

Las dos víctimas eran de Canarias. El empresario José Antonio Perdomo Cebrián, originario de Telde, en Gran Canaria, regentaba un negocio de hostelería rural en Ojos de Garza, población de dicho municipio, y era esposo de la exconcejal del ayuntamiento de esa localidad Laly Sánchez.

Untiedt, por su parte, había vivido toda su vida en la isla de Tenerife y fue responsable de una gran explotación agrícola en la zona de Valle de Guerra.

En la década de 1980 se trasladó a Panamá y fijó su residencia en su finca de Caño Ciego, a unos 140 kilómetros al noreste de la capital.