Una testigo clave en el juicio por el asesinato en Bangkok del consultor español David Bernat reforzó hoy con su declaración la acusación de la fiscalía tailandesa contra el único imputado en el caso, el también español Artur Segarra.

La tailandesa Pridsana Saen-ubon, compañera sentimental del imputado cuando tuvo lugar el crimen, atestiguó que Segarra le pidió que sacara dinero de un cajero automático con una tarjeta que pertenecía a la víctima, a la que aseguró no conocer.

Pridsana, de 23 años de edad, reconoció con un tono natural y seguro haber sacado del cajero un total de 80.000 baht (2.240 dólares o 2.130 euros) entre el 21 y el 22 de enero, después de que el acusado le entregara la acreditación de la entidad Citibank.

La testigo, que conoció al acusado en abril de 2015 y lo describe como un hombre amable y pacífico, no cuestionó de dónde provenían los fondos, a pesar de asegurar que en muchas ocasiones era ella quien le daba dinero a Segarra.

Según su declaración, a principios de enero de 2016 se mudó al piso que Segarra tenía alquilado en Bangkok, pero a mediado del mes el español le pidió que se hospedara con amigas o en otro lugar unos días porque esperaba la inminente visita de un amigo.

Bernat llegó a Bangkok el 19 de enero procedente de Irán, donde residía y realizaba negocios, y desapareció al día siguiente.

Cerca de la medianoche del 19, horas después de que Bernat fuera visto por última vez con vida en compañía de Segarra, el acusado quedó con Pridsana para entregarle alguna ropa y la citada tarjeta bancaria.

No se volvieron a ver hasta el 23, cuando quedaron en un apartamento que la tailandesa había alquilado por una semana, y al despertar no encontró ni la copia de las llaves que poseía del piso del español ni la tarjeta bancaria prestada.

Segarra le dijo que iba a "estar muy ocupado durante los siguientes días" y. tras varias jornadas sin contacto, el español le comentó que pretendía mudarse de vivienda.

El 30 de enero, las autoridades encontraron en un tramo del río Chao Phraya, que cruza Bangkok, los primeros restos humanos de un varón, cuya posterior prueba de ADN reveló que coincidían con Bernat.

Ese día 30, Pridsana declaró que contrató una empresa de mudanza para ayudar a Segarra a trasladarse al nuevo hogar, en el barrio de Minburi.

La nueva vivienda tenía un congelador que no conocía y al intentar abrirlo, el acusado le pidió que no lo tocara.

La pareja emprendió el 1 de febrero un viaje en moto a la provincia de Surin, de donde Pridsana es oriunda.

Antes de partir, según la versión de la testigo, Segarra se acercó a uno de los canales de la capital para arrojar al agua una caja de zapatos con varios cuchillos en su interior.

Cuando la defensa interrogó a Pridsana sobre esta caja, la tailandesa se desdijo y aseguró que Segarra tiró la caja de zapatos con los cuchillos a una papelera.

Buzos de la Policía han rastreado el canal donde supuestamente se arrojó la caja de zapatos y no han encontrado los cuchillos, tres de los cuales tenían unos 30 centímetros de largo, según el dibujo que hizo Pridsana en la declaración firmada ante las autoridades.

Ya en la ciudad de Surin, a unos 420 kilómetros al este de Bangkok y cerca de la frontera con Camboya, Segarra contrató a un conocido de la tailandesa para que les llevara de vuelta a la capital el día 3.

El 3 salieron de regreso, en un momento del trayecto el español pidió que parara para sacar dinero de un banco y al volver al vehículo cambió de idea y ordenó que dar la vuelta y volver a Surin.

El 4, cuando la Policía confirmó la muerte de Bernat, Segarra volvió a salir hacia Bangkok y volvieron a parar en un banco, pero la entidad no le permitió retirar dinero y regresaron a Surin, según el relato de Pridsana.

El 5, cuando las autoridades publicaron la imagen de Segarra como el principal sospechoso del asesinato de Bernat, unos conocidos de Pridsana reconocieron al español, le avisaron y este huyó a Camboya.

Segarra fue detenido el 7 en Sihanukville, en el sur de Camboya, y entregado a las autoridades tailandesas al día siguiente.

La Policía culpa a Segarra del secuestro del consultor español con pretensión de extorsión y robo, y su posterior asesinato.

Por su parte, el acusado se declara inocente de los trece delitos presentados en su contra.

De ser hallado culpable de asesinato premeditado, Segarra puede ser condenado a la pena capital.

Las vistas orales de este juicio que se celebra en los juzgados del norte de Bangkok comenzaron el 1 de diciembre, se reanudarán el 17 de enero próximo y continuarán, intermitentemente, hasta finales de marzo.