El empresario maderero Julio López, considerado por la fiscalía el autor intelectual del asesinato del boxeador Roberto Larralde el 13 de septiembre de 2014, ha dicho en el juicio por este crimen que ni siquiera conocía al púgil.

La fiscalía considera que López urdió el crimen tras comenzar en mayo de 2014 una relación sentimental con la esposa del boxeador, Miriam Caballero, que también se sienta en el banquillo de los acusados.

En total son siete los acusados por este crimen para los que la fiscalía pide 109 años de cárcel, la mayor pena para la viuda de Larralde, 23 años, por el delito de asesinato agravado por parentesco.

Julio López ha declarado esta tarde ante el tribunal que juzga el caso y ha insistido en que no tiene ninguna relación con este crimen y ha exculpado también a Miriam Caballero.

No obstante, ha entrado en contradicción con José Ramón Vega, la persona a la que, según las calificación del fiscal, le encargó la muerte de Larralde.

Vega declaró esta mañana que López le había dicho que llamase el día del crimen a Larralde para "ir a dar un palo de chocolate" -en alusión a hacerse con un cargamento de hachís-, lo que horas después ha negado el empresario.

López ha reconocido que le llamó varias veces ese día pero siempre para hablar de asuntos relacionados con el negocio de la madera.

También ha negado que ordenase a otro de los acusados, Carlos Heli de la Red, que es empleado suyo, que hiciese varias llamada desde el teléfono de José Ramón Vega para deslocalizar su terminal y que no se le pudiese situar en el lugar del crimen.

Al respecto, ha explicado que las llamadas que le pidió que hiciese únicamente tuvieron por objeto contactar con algunas personas que pudieran suministrarle cocaína.

López ha relatado que varios días después de la desaparición de Larralde atendió una llamada de uno de sus hermanos y acudió al domicilio de la familia de la víctima.

Una vez allí, ha explicado que le pusieron una pistola en la cabeza y le preguntaron por el paradero de Roberto y por lo que sabía sobre el robo de un camión de colonias, que en un principio la familia pensaba que era la causa de la desaparición.

También ha declarado esta tarde otro de los acusados, Froilán Álvarez, quien, según la fiscalía, por su profesión de detective proporcionó asesoramiento acerca de los terminales telefónicos con el objetivo de no dejar pistas.

Este detective privado ha explicado que trabó amistad con Julio López después de investigarle por orden de su mujer, de la que se estaba separando, y ha asegurado que en ningún momento conoció ni participó en ninguna trama para matar a Larralde.

También ha señalado que no pensaba que la relación de empresario con Miriam Caballero tuviera futuro porque era "muy golfo y muy mujeriego".

"Al mismo tiempo que estaba con Miriam trataba de reconciliarse con su mujer y mantenía relaciones con otras dos chicas", ha declarado este acusado, que considera muy endeble el móvil de crimen pasional y ha recalcado que se han descartado otras muchas vías de investigación".