Tres menores de edad acusan a un vecino de La Gallega (Santa Cruz de Tenerife), padre de una amiga, de realizarles tocamientos. Y una cuarta adolescente asegura que se tocó sus genitales de forma intencionada ante ella. Ayer se celebró un juicio en la Sección II de la Audiencia Provincial contra un hombre de 46 años que, según el fiscal, aprovechó los juegos infantiles y la convivencia de su hija con otras niñas para presuntamente cometer abusos sexuales, o bien para masturbarse o excitarse ante otra joven. El representante del Ministerio Público solicita para el procesado 19 años de prisión. Y el abogado defensor niega los hechos y considera que hubo contradicciones en las declaraciones de las supuestas víctimas.

Para la Fiscalía, los tocamientos ocurrieron entre finales de 2012 y comienzos de 2013 aproximadamente. Según tres de las afectadas, parte de los tocamientos en sus partes íntimas ocurrieron mientras jugaban al escondite en un trastero con la luz apagada. Tres menores dijeron que V.M.G.D. no se conformaba con tocarles la cabeza o la cara para saber quiénes eran, sino que también palpaba sus pechos o las ingles.

Las cuatro menores declararon en una grabación de vídeo previa (lo que se conoce como prueba preconstituida). La más afectada, pues se echó a llorar varias veces al testificar, fue una adolescente que también participó en el juego del "torito", por el que el acusado se ponía boca arriba en la cama y dos menores se subían a horcajadas sobre el mismo e intentaban evitar que las tirara. Otro episodio sufrido por dos menores en la misma noche ocurrió en una "fiesta de pijamas". Las dos amigas se quedaron a dormir en casa del procesado, junto a la hija de este, en un sofá-cama. El investigado presuntamente se acostó entre las dos invitadas y ambas relatan que les tocó los pechos y las ingles. Y la cuarta menor sufrió presuntamente tres episodios de exhibicionismo. Uno de ellos ocurrió en un hotel del Puerto de la Cruz. Cuando la hija del denunciado fue a buscar una toalla, el hombre se bajó el bañador y se empezó a tocar sus genitales ante la adolescente.

El abogado defensor cree que la pena de cárcel pedida por el fiscal es desproporcionada y que las declaraciones de las víctimas no son suficientes para acabar con la presunción de inocencia de su cliente. Afirmó que, en un "escondite a ciegas", "no se puede controlar lo que se toca".

las claves

Tres de las afectadas sufrieron tocamientos en un trastero al jugar a un "escondite a ciegas".

Otro presunto abuso sexual se produjo a dos menores cuando iban a dormir en casa del acusado.

El abogado defensor dijo que en un escondite a ciegas "no se controla lo que se toca".