Un Jurado declaró ayer culpables de dejar morir a una recién nacida a unos padres de Vecindario (Gran Canaria), que decidieron que la mujer pariera en casa sin ayuda, pero que durante todo el día siguiente no prestaron al bebé ningún cuidado, alimento o abrigo, aunque sabían que así podía fallecer.

Por unanimidad, el tribunal estableció que Sara M., de 25 años, y Jacinto S.H., de 59, son culpables de la muerte de la niña, a la que solo llevaron al centro de salud "cuando estaban totalmente seguros de su fallecimiento".