La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) absuelve del delito de calumnias a un soldado del Ejército de Tierra destacado en Canarias que denunció a un superior por acoso sexual y persecución. Aunque posteriormente los tribunales sentenciaron que las acusaciones no eran ciertas, se posicionaron a favor de retirar los cargos sobre el subordinado al considerar que este "no era consciente de la falsedad de lo que manifestaba", o que no podía tener una idea contundente de lo ficticio de sus expresiones o del carácter injusto de su acción. El tribunal militar opta por ratificar la sentencia emitida en primera instancia por el Juzgado Togado Territorial Militar 51 de Santa Cruz de Tenerife -con competencias en toda Canarias-, que se posicionó a favor de la absolución, dado que el soldado sufre trastorno adaptativo con alteración mixta de las emociones, como ratificó el Centro Médico Militar.

El subordinado denunció que en 2004 un capitán le provocó una tensión y ansiedad "muy grande" por la "persecución" a la que decía estar sometido. Los hechos se remontan a un año antes, cuando el superior le impuso dos arrestos de 14 días cada uno. En aquel momento permaneciendo ambos solos en el despacho del superior "el capitán detrás de su mesa y yo enfrente de pie (...) notándose claramente que tenía el pene erecto, tocándose el mismo por encima de la ropa, me dijo que había una forma de librarme del arresto". Esta frase unida a la actitud descrita fue interpretada "claramente" por el denunciante como una insinuación homosexual sintiendo "una tremenda rabia". Indica que entonces "en un arrebato me arranqué los galones de los hombros no recordando lo que dije pero dando a entender que no estaba dispuesto a ceder a su propuesta". El superior no dijo nada y el soldado aprovechó que entraba una persona en el despacho para salir del mismo. "A partir de aquí por dicho capitán se inició una persecución constante hacia mí, que motivó mi ausencia sin permiso de la unidad". Otro episodio supuestamente tuvo lugar en 2005 cuando asegura que fue objeto de una persecución por la autopista del norte. Explicó que circuló con su coche particular hacia el aeropuerto de Los Rodeos y otro vehículo se aproximó por la parte posterior y puso el intermitente. El soldado optó por cambiar de carril y el otro vehículo, en el que iba el capitán y una señora, se mantuvo en paralelo cinco minutos, pero sin mirarle. Al llegar al desvío de Los Rodeos el vehículo "se echó" a la derecha para coger el cruce y el soldado tuvo que frenar para dejarle pasar. A partir de entonces comenzó a denunciar hechos como este y otros parecidos en los juzgados. En el 2011 el superior presentó demanda por falso testimonio y fue rechazada.

Un posible delito de simulación

El Ministerio Fiscal consideraba que las denuncias podían ser constitutivas de un delito de simulación, por lo que pedía seis meses de multa a razón de dos euros por día. La Acusación Particular defendió que se trataba de un insulto a superior en su modalidad de injurias por lo que solicitaba la imposición de un año de prisión. La defensa del soldado, por su parte, solicitó la libre absolución.