Un amigo de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Vicente Sala y asesinada el pasado 9 de diciembre en Alicante, ha ratificado hoy ante el juez que le aconsejó que reforzara su protección personal unas semanas antes del crimen.

Este testigo, Antonio Moreno, es abogado de profesión, vecino y amigo del matrimonio y ejerció la asesoría jurídica en su día para algunas empresas del grupo Sala.

Según su versión, unas semanas antes de morir, la víctima le contó que alguien había entrado en su casa de la finca La Torre, en la avenida de Dénia de Alicante, y había estado revolviendo los cajones de su habitación, donde guardaba documentos como la escritura de capitulaciones matrimoniales.

El letrado le recomendó entonces que incrementara las medidas de protección personal, pues el intruso debía de ser alguien ajeno a la familia con conocimientos jurídicos o que seguía "instrucciones al respecto".

"Ella me dijo si no estaba exagerando y, desgraciadamente, por lo que ha pasado después, no exageraba", ha señalado Moreno, a preguntas de los periodistas, tras concluir su declaración.

El testigo, uno de los diez que han comparecido esta mañana ante el juez que instruye la causa, José Luis de la Fuente, ha afirmado, sin embargo, que no cree "capaz" al principal sospechoso del crimen, Miguel López, de asesinar a su suegra.

"Solo lo he visto tres veces en mi vida, pero no le veo capaz de haber hecho algo así. Nunca he visto nada fuera de lo normal. Mari Carmen quería a todos sus yernos y tenía una buena relación con ellos", ha precisado.

Igualmente, ha contado que la víctima le relató antes de morir la división familiar que se había instalado en la familia a causa de las diferencias por el control de las empresas.

En concreto, llegó a referirle que se habían producido "unos incidentes desagradables" en el transcurso de una junta de accionistas celebradas a mediados del pasado mes de septiembre.

"Me dijo que alguien se había pasado la mano por el cuello con ademán de cortarlo, pero no mencionó el nombre", ha indicado el letrado.

Durante la segunda ronda de interrogatorios de testigos programada por el juez para hoy han comparecido también dos hijas del matrimonio Sala-Martínez: Fuensanta Eva y María Antonia.

La primera, conocida en la familia como Fanny, y que está casada con el presunto asesino de su madre, se ha acogido a su derecho a no declarar, como prevé la ley para los cónyuges de un sospechoso, según han informado fuentes próximas al caso.

La esposa de Miguel López, quien sigue en prisión provisional como presunto autor material del crimen, se ha mostrado muy afectada y ha exhibido un certificado médico que desaconseja su interrogatorio por su estado psicológico.

Por su parte, según las fuentes consultadas, María Antonia Sala ha reconocido las diferencias existentes entre las tres hermanas y su hermano Vicente, único hijo varón y primogénito, sobre el control de las empresas familiares.

Asimismo, ha confirmado que las tres hermanas llegaron a hacer un inventario a espaldas de su madre de las joyas que ésta tenía en su caja fuerte para fotografiarlas y levantar un acta notarial, pues pertenecían en realidad a su padre y no habían sido incluidas en su testamento.

El magistrado también ha interrogado a tres empleados de la fallecida que mantenían una estrecha relación con ella y conocían la supuesta mala relación que mantenía con sus hijas y sus nietos.

Según estos testigos, la víctima les contó que uno de sus nietos le había hecho el gesto de degollarla en una ocasión en la que se topó con él cuando paseaba por el interior de la finca.

Finalmente, un matrimonio amigo de la familia ha ratificado en el juzgado que el presunto asesino ya advirtió la noche del velatorio de María del Carmen Martínez, al día siguiente del crimen, de que la Policía acabaría deteniéndole.