El juez ha ordenado hoy el ingreso en prisión del joven detenido ayer por la tarde en Girona por amenazar con volar el AVE que viajaba de Barcelona a Girona, ya que sobre él pesaba una orden de detención e ingreso en prisión de un juzgado de Málaga, según fuentes judiciales.

El individuo, que acumula un historial de siete detenciones en menos de dos años, facilitó ayer tras su detención una identidad determinada y dijo tener 25 años y ser de origen marroquí pero con nacionalidad austríaca. Sin embargo, cuando los Mossos d''Esquadra tomaron sus huellas dactilares, aparecieron cinco identidades con las que el joven se había identificado cada vez que le han detenido.

Sobre el detenido pesa una orden de detención e ingreso en prisión de un juzgado de Málaga y en sus antecedentes consta que ha sido detenido en siete ocasiones por dos delitos de abusos sexuales, dos de atentado a agentes de la autoridad, dos contra la Ley de extranjería y uno por lesiones.

Todas estas detenciones tuvieron lugar desde 2015 entre Toledo, Madrid y Granada, según estas fuentes.

El detenido se ha acogido a su derecho a no declarar ante los Mossos, por lo que la policía catalana desconoce el motivo de la amenaza que profirió en el AVE, ha explicado el inspector jefe del Área Básica Policial del Gironès, Xavier Domènech.

Tras pasar a disposición del Juzgado de instrucción de guardia de Girona, el juez ha decretado su ingreso en prisión y será el magistrado quien establezca si debe ser visitado por el médico forense para determinar su estado mental.

Tanto el comisario jefe de la región policial de Girona, Josep Milán, como el director de los servicios territoriales de Interior, Albert Ballesta, y el director general de los Mossos, Albert Batlle, han destacado hoy la rápida actuación policial de ayer tarde que permitió desalojar parcialmente la estación del AVE y salvaguardar la seguridad de los pasajeros en apenas un cuarto de hora.

Los hechos ocurrieron alrededor de las seis de la tarde, cuando el teléfono de emergencias 112 recibió varias llamadas de pasajeros que alertaban de que un individuo había amenazado con volar el tren.

Las personas que llamaron ofrecieron indicaciones diversas sobre si el individuo llevaba una mochila u otros detalles que, finalmente, resultaron no ser correctos, ya que el sospechoso ni tan sólo llevaba cartera.