Hugo, Raúl, Ángeles, Carol, Teresa, Yéremi y así hasta completar 4.164 personas desaparecidas, cuyos familiares se concentraron para poner cara, nombre y apellidos a los seres queridos que un día les sumieron en la incertidumbre y la angustia, pero que hoy más que nunca les hacen refugiarse en la esperanza. Porque en el Día Nacional de las Personas Desaparecidas no hay tiempo para las lágrimas, esas ya se derramaron hace tiempo, afirman los familiares. Ahora toca seguir para encontrar las respuestas, datos y pistas que arrojen luz a los casos de aquellas personas que un día desaparecieron sin causa aparente.

Este es el día a día de los cerca de doscientos familiares que ayer se concentraron en Madrid para poner en el punto de mira de la opinión pública un drama social que golpea la vida de miles de ciudadanos.

Sirva como ejemplo la pregunta que les hacían reiteradamente los viandantes en la zona. "¿Tantos desaparecidos hay?". Sí. Al contrario de lo que sucede en otras concentraciones, aquí cada persona porta -trágicamente- un cartel distinto, porque en cada uno de ellos aparece la fotografía, nombre y apellidos de la persona desaparecida que tanto anhelan encontrar, junto a una fecha y un lugar, aquel en el que se le vio por última vez.

Unos confían en verles aun con vida y otros únicamente quieren cerrar el sufrimiento

Los hay que confían en verles aun con vida, otros solo quieren "cerrar el círculo" tras tantos años de sufrimiento y un tercer grupo los ha hallado, pero no les permiten disfrutar de ellos. Como Bruno. Su padre le busca desde que un día su exmujer, con la que tiene la custodia compartida, se fue con el niño. Este caso no es único. Se da la circunstancia de que muchos de los desaparecidos son menores secuestrados por alguno de sus progenitores.