La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha condenado a un padre acusado de abusar sexualmente de sus dos hijas menores de edad a una pena de dos años de prisión, que eludirá al acordarse la suspensión de la condena a condición de que pague una indemnización total de 3.000 euros a las víctimas y que no vuelva a delinquir.

El juicio por estos hechos estaba previsto para la mañana de este martes, pero no se ha celebrado al alcanzarse un acuerdo de conformidad, tras lo que el Tribunal ha dictado sentencia --declarada en firme al renunciar todas las partes a recurrir--. Así, el acusado ha aceptado dos años de prisión, con lo que rebaja la pena de seis años que pedía inicialmente la Fiscalía para él.

Al hombre se le ha aplicado la atenuante analógica de confesión por haber reconocido los hechos antes del juicio y haber colaborado en el esclarecimiento de los mismos, y ha sido condenado a un año de prisión por el delito continuado de abusos sexuales sobre una de sus hijas, y a otro año de prisión por delito de abusos sexuales sobre la otra niña, penas que han sido suspendidas.

Además, se ha acordado privarle de la patria potestad sobre las menores durante seis años y se le prohíbe acercarse y comunicarse con las víctimas por un período superior en 10 años a la pena de prisión impuesta. Finalmente, deberá indemnizar a cada niña en 1.500 euros, con lo que rebaja los 8.000 euros que pedía inicialmente la fiscal para cada una.

Por su parte, también estaba previsto que se enjuiciase este martes a la madre de las menores, que la que la Fiscalía considera que conocía y consentía los abusos. No obstante, la mujer no ha comparecido en el juzgado en la ciudad olívica, por lo que se ha suspendido el juicio respecto a ella y se ha decretado una orden de búsqueda, captura e ingreso en prisión contra ella.

ACUSACIÓN PÚBLICA

Según el escrito de acusación pública, los abusos se produjeron entre 2008 y 2011 en el domicilio familiar situado en el partido judicial de Redondela (Pontevedra), tanto en el momento en que el padre convivía con la familia, como después, durante el régimen de visitas acordado tras el divorcio de la pareja.

La Fiscalía sostiene que el padre se metió en cama con las niñas y les realizó tocamientos, mientras que la madre conocía y consentía la situación e incluso "facilitaba los hechos ausentándose durante largas temporadas del domicilio familiar, dejando a las hijas a solas con el padre, y consintiendo que las menores durmieran con él en la misma cama".

La Xunta declaró, en abril de 2012, el desamparo de las niñas y, posteriormente, se declararon medidas cautelares de índole penal que prohíben a los acusados aproximarse o comunicarse con ellas. Actualmente, las menores se encuentran en régimen de acogida.

Por estos hechos, la Fiscalía acusó inicialmente a los progenitores de dos delitos de abusos sexuales continuados "sobre víctimas especialmente vulnerables por razón de su edad, y valiéndose de una relación de parentesco". No obstante, tras la conformidad, considera al padre autor de un delito de abusos sexuales continuados sobre una de las menores y de un delito de abusos sexuales sobre la otra.