El Consejo de Ministros ha autorizado la extradición a China de otros tres ciudadanos de ese país detenidos en España durante la operación Wall, en la que se desarticuló una red de estafas telefónicas a residentes en el país asiático y que se unen a los 269 ciudadanos chinos que ya han sido entregados.

Según ha informado el Ejecutivo, los tres se encuentran en prisión provisional acusados de los mismos delitos que afectan a otros 269 arrestados cuya solicitud de extradición ya fue aprobada el pasado febrero.

El pasado diciembre la Policía Nacional, en colaboración con la china y a petición de las autoridades de ese país, desarrolló una macroperación con arrestados en varias ciudades españoles en la que se desmontó una estafa de miles de ciudadanos humildes que residen en China a los que hacían pensar que estaban siendo investigados por las autoridades de su país.

Las autoridades españolas estiman que hasta ese momento habían llevado a cabo un total de 839 estafas, por un valor de 120 millones de yuanes, equivalentes a más de 16 millones de euros.

Los reclamados son sospechosos de pertenencia a una organización internacional de carácter criminal que basaba sus actividades en la estafa a ciudadanos residentes en China a través de medios de telecomunicaciones e Internet, si bien su centro de operaciones se encontraba ubicado en varias ciudades españolas.

Contaban con locales y chalets en diferentes localidades, desde los que iniciaron sus operaciones en marzo de 2016 mediante el establecimiento de una serie de centros de atención telefónica a través de una trama organizada y dirigida desde China.

Con estos medios y la utilización de telefonía IP (Internet) suplantaban los números de llamada de origen para identificarse ante sus víctimas como policías, fiscales o jueces chinos.

Tras acusar a esas personas de algún hecho delictivo, las coaccionaban para hacerles pagar una cantidad que sirviera para eludir la acción de la Justicia.

Para ello, debían ingresar distintas cantidades de dinero en cuentas pertenecientes a la organización, cuyos líderes manejaban mediante medios financieros clandestinos para mantener la propia organización y repartir los beneficios obtenidos.