Pedro Antonio G.O. fue acusado por la Fiscalía de un delito de intento de homicidio a su exesposa, a la que presuntamente quiso atropellar cuando atravesaba un paso de cebra en la avenida San Borondón de Fañabé, en el municipio de Adeje. Además, se le considera responsable de haber incumplido, en al menos tres ocasiones, la orden de alejarse 300 metros de su anterior pareja. El Ministerio Público exigió ayer durante la vista oral, que tuvo lugar en la Audiencia, una pena de 9 de años de prisión y de 19 de alejamiento con la imposibilidad de comunicarse de cualquier forma con su exesposa.

La víctima declaró que estuvieron 32 años juntos, de los que la mayor parte permanecieron como matrimonio. Junto con su hija, la mujer indicó que en el mes de abril de 2016 lo vio a las 2 o 3 de la mañana merodeando su casa, pese a la prohibición de acercarse a la afectada que ya pesaba sobre él. La víctima y su hija llamaron a la Guardia Civil, pero cuando los agentes llegaron ya no estaba. El 25 de mayo, la mujer acudió a Fañabé a casa de unos amigos y, cuando salió, vio que el exesposo se acercaba conduciendo su coche. Entonces, mientras atravesaba un paso de cebra, la afectada intentó sacar una fotografía, pero con los nervios resultó imposible.

Tanto la víctima como dos operarios de la limpieza de jardines ratificaron que el vehículo se acercó a unos 70 kilómetros por hora, frente al límite establecido de 40, y dio un volantazo para presuntamente atropellarla, lo que esta evitó al hacer un rápido movimiento en sentido contrario. La afectada indicó que el coche golpeó una bolsa que llevaba, lo que dio lugar a que cayeran al suelo las naranjas que contenía, cosa que no fue recordada por los demás testigos. Todos declararon que, a continuación, el conductor estaba sonriendo, se bajó del coche y se dirigió hacia ella, de lo que desistió al ver que estaba siendo asistida por los operarios. La exesposa confesó que, a raíz del hecho, sentía miedo. El acusado está en prisión y ayer se negó a declarar.

El procesado sí hizo uso del derecho a la última palabra para asegurar que se considera "completa y absolutamente" inocente, por lo que calificó de "infundada" la orden de alejamiento. Cree que su mujer se quiso separar desde que dejó de ingresar 44.000 euros al año y la calificó de mentirosa compulsiva. Dos médicos forenses descartaron que el supuesto maltratador presente algún tipo de padecimiento físico o psíquico que justifique la posible comisión de estos hechos. La Fiscalía considera que no admite la separación y que guarda hacia su anterior esposa un enorme resentimiento. Por su parte, la defensa planteó la libre absolución en base al principio de presunción de inocencia, puso sobre la mesa las contradicciones de los testigos, que se plasmaron, por ejemplo, en que los operarios coincidieran en asegurar que el intento de atropello era una broma. También cree que el resentimiento de la expareja condiciona su declaración y la convierte en "no verosímil" y, por todo ello, pidió su libre absolución.