La Guardia Civil ha detenido a tres hombres de entre 35 y 55 años por su presunta implicación en la mayor operación de envío de aparatos falsificados de diagnosis para vehículos detectado a escala nacional. Los agentes han intervenido 30 aparatos que habrían alcanzado en el mercado un valor de unos 113.000 euros. Los arrestados recibían estos dispositivos y luego los vendían a talleres de toda España, según ha informado la Benemérita en un comunicado.

La investigación arrancó cuando la Guardia Civil de la Oficina de Análisis e Identificación Fiscal (Odaifi) del Aeropuerto de Alicante-Elche, en colaboración con el Servicio de Aduanas, detectó un envío procedente de China con unos aparatos de diagnosis multimarca para automóviles y camiones, que levantó las sospechas del dudoso destino del producto y su finalidad.

Tras las pesquisas, los agentes de la Odaifi del Aeropuerto de Alicante comenzaron a realizar un control específico sobre el destinatario de la mercancía y sobre la posible llegada de más envíos de este tipo.

El destinatario de estos envíos resultó ser un comercial argelino, residente en Alicante, que contactaba frecuentemente con otros dos compatriotas argelinos también comerciantes e itinerantes entre Alicante y Argelia, por lo que los agentes sospecharon que, efectivamente, era más que probable que los investigados fueran a recibir más envíos como el primero detectado.

El operativo ha concluido con la detención de estos tres hombres de nacionalidad argelina, de 35, 54 y 55 años, como los autores de tres presuntos delitos contra la propiedad intelectual, por ser los destinatarios de un total de los envíos de aparatos de diagnosis falsificados. Los arrestados han quedado a disposición judicial, en libertad provisional con cargos.

En total, los guardias civiles se han incautado de un total de 30 aparatos cuyo valor en el mercado habría alcanzado los 113.000 euros aproximadamente, a 3.700 euros por unidad; sin tener en cuenta los posibles daños que habrían llegado a producir en los vehículos conectados a ellos, ni las pérdidas originadas, tanto a clientes como a los talleres que los hubiesen adquirido, según las mismas fuentes.

Los dispositivos de diagnosis son habitualmente utilizados por los talleres de reparación especialistas en mecánica y electrónica del automóvil.

Estos aparatos, de escasa calidad, no disponen del software necesario para su correcto funcionamiento, por lo que su introducción en el mercado habría podido provocar graves daños a los vehículos a los que hubiesen sido conectados, así como un gran perjuicio a los propios talleres que los utilizasen en sus reparaciones e, incluso, importantes consecuencias a los clientes, en caso de accidente, como advierte la Benemérita.

RETIRADOS DEL MERCADO A TIEMPO

Sin embargo, fueron detectados por la Guardia Civil y retirados del mercado a tiempo, como ha reconocido y agradecido la Comisión Antipiratería para el Automóvil.

En primer lugar, los guardias civiles se pusieron en contacto con este organismo, a raíz de su denuncia como parte perjudicada por estas falsificaciones. En ella argumentaba que los equipos detectados son clonados; es decir, son herramientas ilegales que no cuentan con ningún tipo de soporte técnico cualificado y adolecen de las actualizaciones de software imprescindibles para su correcto uso.

Además, al haber sido alterado dicho software respecto del original, estos aparatos pueden llegar a dejar inactivas e incluso erróneas varias de las funciones que realiza el equipo, con lo que pueden llegar a causar graves daños en los vehículos a los que son conectados.

La investigación del instituto armado ha concluido que el material empleado para fabricar tanto los componentes externos como los internos es de baja calidad, así como que la copia del circuito integrado no garantiza una comunicación correcta con el vehículo, por lo que puede causar desperfectos, desconfiguraciones e incluso lesiones importantes en caso de accidente, si lo que se ha manipulado con este aparato son sistemas de seguridad, como por ejemplo el Airbag.

Por todo ello, los talleres profesionales que adquieren estos productos se arriesgan a no detectar correctamente las averías en determinados modelos de vehículos, lo que reduce gravemente la eficiencia de la reparación y perjudica tanto al cliente como al propio establecimiento.