Miembros del Cuerpo General de la Policía Canaria y de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife han detenido a cinco personas por tráfico de drogas, todas de nacionalidad española, en una operación conjunta en la que se contabilizaron tres entradas y registros en viviendas, una de ellas en Candelaria y dos en Santa Cruz de Tenerife, concretamente en Finca la Multa, efectuadas bajo el correspondiente mandamiento judicial.

Con esta operación se desmantela un punto de elaboración y distribución de sustancias estupefacientes -crack, heroína y cocaína-.

En total se ha incautado gran cantidad de dosis de esas sustancias, las cuales ya se encontraban preparadas para hacerlas llegar al consumidor final, además de dinero en metálico, dos pistolas simuladas, machetes, así como otros objetos de dudosa procedencia. Además, se hallaron utensilios destinados a la elaboración y posterior distribución.

A raíz de esta intervención, dos de los detenidos han ingresado en prisión sin fianza, dos quedaron en libertad con cargos y otro está en libertad con cargos y con fianza.

La intervención policial sostiene su acusación en que las viviendas estaban destinadas a la venta y distribución al por menor de heroína, crack y cocaína.

La investigación se inició el pasado mes de junio por el Grupo de Información-Investigación a la Seguridad Ciudadana (GIAS) del Cuerpo General de la Policía Canaria, a raíz de las informaciones obtenidas por la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife y, concretamente, por agentes adscritos a la Unipol, los cuales, tras la realización de varios controles preventivos de seguridad ciudadana, advirtieron de que varias personas portaban sustancias estupefacientes entre sus pertenencias, además de identificar lugares donde era habitual el consumo de este tipo de sustancias.

Las personas que fueron interceptadas manifestaron, desde un primer momento a los agentes, que la droga la adquirían en una zona del término municipal de Santa Cruz de Tenerife.

A raíz de las informaciones obtenidas, los agentes del GIAS comenzaron una investigación en la que se constató que desde determinadas viviendas se distribuía y elaboraba crack, cocaína y heroína de forma habitual para la venta a personas que adquirían la dosis a cambio de una contraprestación económica para su consumo.