La Audiencia de Valladolid ha impuesto un conjunto de penas que suman 24 años de cárcel a seis traficantes, dos de ellos vecinos de Nava del Rey (Valladolid) y cuatro residentes en el País Vasco, detenidos en junio de 2016 en la ''Operación Marcote'', en la que se desarticuló una red de distribución de drogas sintéticas a gran escala. Los condenados se exponían inicialmente a un total de 49 años.

Los encausados ya habían pactado hace semanas sus respectivas penas, con lo que el juicio ha quedado reducido este viernes a una mera comparecencia en la que, acompañados de sus respectivos letrados, han ido ratificando uno a uno las penas negociadas con el Ministerio Fiscal y que oscilan entre los seis años de cárcel de M.L.R. y L.R.V, a los que se aplica la agravante de notoria importancia y se imponen también, por el mismo orden, multas de 200.000 y 1,5 millones de euros, y los dos años aceptados por T.O.G, quien deberá abonar una multa de 200 euros.

Entre el resto de procesados, E.A.M. se ha conformado con cuatro años y una multa de 50 euros y J.A.S.L. e I.P.I. han sido condenados cada uno de ellos a tres años, junto con multas de 12.000 y 1.500 euros, respectivamente, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

En el inicial escrito de acusación provisional, el Ministerio Fiscal interesaba la mayor pena, diez años y medio y 3 millones de multa, para L.R.V; seguido de M.L.R. y E.A.M, para los que pedía nueve años y medio y multas de 400.000 y 300.000 euros, respectivamente, mientras que para J.A.S.L, I.P.I. y T.O.G. solicitaba seis años y medio y, por el mismo orden, multas de 20.000, 2.000 y 400 euros.

Su detención se produjo en el mes de junio de 2016 en el marco de la ''Operación Marcote'' desplegada en Valladolid y Vizcaya por agentes de la Guardia Civil y de la Ertzaintza contra una red de distribución de drogas sintéticas a gran escala gracias a los ''pinchazos'' telefónicos y la práctica de 17 registros domiciliarios en los que se ocuparon 78 kilos de speed.

La operación, calificada entonces como una de las más importantes en el ámbito nacional en los últimos años relacionada con el tráfico de ''speed'', permitió desmantelar una red que distribuía la droga en la mitad norte del país, dado que se detectaron contactos con ''narcos'' de Galicia, País Vasco, Madrid o Castilla y León.

DROGA POR VALOR DE 3,5 MILLONES

Los 17 registros tuvieron por escenario Nava del Rey (Valladolid) y las localidades vizcaínas de Plentzia, Arenas de Getxo, Bilbao, Ortuella y Zierbena. En estos registros se aprehendieron 78.393 gramos de speed, 1.127 gramos de cocaína, 414 gramos de cristal, 1.300 gramos de hachís, 2.760 gramos de sustancia de corte, 654 gramos de marihuana y cuatro plantas, cuyo valor de mercado hubiera rondado los 3.500.000 euros.

Además, se incautaron 14 básculas de precisión, varias envasadoras al vacío, 44.000 euros en metálico, once vehículos, tres motocicletas y varios teléfonos móviles, muchos de ellos de antiguas generaciones, lo que dificulta determinadas labores de investigación.

La droga fue hallada en varios alijos, uno de los principales en una casa de la urbanización de lujo El Abanico, en la localidad vizcaína de Plentzia, mientras que en Nava del Rey (Valladolid), en sendos registros en viviendas de M.L.R. y E.A.M. (''Gen'') se encontraron doce kilogramos de speed muy escondidos en un doble fondo bajo una nevera mediante el que se accedía a una especie de cueva. De hecho, cuatro kilogramos de esta sustancia se habían vendido días ante en Pamplona.

Los responsables de la investigación incidieron en su día en la gran cantidad de droga que movía la organización, lo que incluso les permitía no tomar medidas para su conservación (necesita frío), ya que se le daba salida fácilmente.

Uno de los supuestos ''cabecillas'' de esta red es M.L.R, de origen vasco y vecino de Nava del Rey, con tan sólo un antecedente por una alcoholemia, quien presuntamente trasladaba droga para la organización y además se encargaba de su distribución en el entorno de dicha localidad pero también a otras personas que posteriormente la vendían en las diferentes provincias de Castilla y León.

Junto a este individuo se detuvo al también vecino de Nava, E.A.M, hombre de confianza del anterior que, supuestamente, le auxiliaba en las tareas de traslado de la droga y en los viajes que efectuaban al País Vasco para proveerse de droga, para lo que utilizaban un vehículo Mercedes 320 en el que habían practicado varios zulos para el transporte de la mercancía.

También fue arrestado I.P.I. (''Pas''), vecino de Bilbao de 37 años con antecedentes por falsificación de moneda y considerado como ''jefe de grupo'' de la conexión vasca, de la que también formarían parte J.A.S.L (''Kai''), de 46 años, vecino de Bilbao y con antecedentes por tráfico de drogas; T.O.G, de 39 años vecino de Getxo (Vizcaya), y L.R.V, alias ''Jordi'', vecino de la urbanización El Abanico de Plentzia quien colaboraba dentro del grupo en labores de transportista, distribuidor y guardador de la sustancia.

CONTINUACIÓN DE OTRA OPERACIÓN

La operación se inició como continuación de otra denominada ''Superblue'' que se llevó a cabo en varias localidades de Valladolid (Arroyo, Sardón, Tudela, La Cistérniga y Simancas) desarrollada entre 2015 y 2016, cuando se detuvo a seis personas.

En esta operación se incautó gran cantidad de droga sintética, entre la que había numerosas pastillas de éxtasis ''Superman'', con origen presumiblemente en Finlandia, Austria y Reino Unido, que tenían una alerta con informes de agencias internacionales (Europol y United States Drug Enforcement Administration DEA) referida a la composición de las mismas por contener metanfetaminas y anabolizantes relacionadas con varios casos de fallecimientos en Europa.

SIN EMPLEO DESDE 1999

Fruto de esta operación, el Equipo de Delincuencia y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Valladolid comenzó a trabajar sobre nuevas líneas de investigación entre las que se encontraba M.L.R, vecino de Nava del Rey, con un alto nivel de vida que no se correspondía con su actividad laboral, dado que llevaba sin ocupación conocida desde 1999.

Esta persona viajaba continuamente por toda geografía nacional y contactaba con diferentes personas, todas ellas con amplios antecedentes por tráfico de drogas a gran escala y para la compra y transporte de la droga usaba numerosos vehículos o personas, además de extremar minuciosamente las medidas de seguridad para evitar ser detectado.

Durante uno de los viajes a la provincia de Vizcaya, de donde presumiblemente se surtía de grandes cantidades de speed, se descubrió que se relacionaba con otra persona que a su vez vigilaba la Policía Autónoma del País Vasco y que se trataría del mayor traficante de este tipo de sustancias en toda la cornisa cantábrica.

En el marco de las investigaciones ambos cuerpos se detectaron mutuamente en un punto de observación, tras lo que se puso información en común y se decidió trabajar de forma conjunta en lo que ha sido una operación "fantástica", tal y como la definió entonces el subdelegado del Gobierno, Luis Antonio Gómez Iglesias.