Un matrimonio de 26 y 24 años y sus dos hijos, de unos tres y cinco años, han fallecido en el incendio del edificio en el que vivían en el barrio bilbaíno de Zorroza, que ha obligado además al traslado al hospital de otras nueve personas, dos de ellas en estado muy grave.

Los vecinos han explicado que el matrimonio vivía en la buhardilla, junto a los padres de él, que residen allí "de toda la vida".

El hombre fallecido se llamaba Joaquín Giménez Pinto y se dedicaba a la venta ambulante. De su mujer solo han aportado el nombre de Rocío. Aunque en un principio se informó de que habían muerto un bebé y un adolescente, los hijos de la pareja tenía unos tres y cinco años, han explicado vecinos y familiares.

Todavía no hay identificación oficial de los cadáveres de las cuatro víctimas, todas ellas de etnia gitana, al igual que los heridos, según han precisado en el lugar de los hechos los vecinos del edificio de enfrente.

El fuego se ha desatado sobre las seis y media de la mañana en este antiguo edificio, de dos alturas más buhardilla y estructura de madera, ubicado en la calle Barinaga, 7.

En total vivían en el inmueble entre veinte y veinticinco personas.

Se desconoce el origen del incendio, aunque, según el alcalde de Bilbao, el cuadro eléctrico estaba instalado ordenadamente.

Los vecinos han narrado a la prensa que les han despertado los gritos a las seis y media de la mañana. "Han sido momentos de pánico. Hemos intentado entrar pero era imposible hacer nada. Las llamas no nos dejaban acercarnos".

Mientras, veían como varios niños y adultos "saltaban por la ventana". El parte médico ha confirmado que varios heridos presentaban lesiones por precipitación desde altura.

Dos de los heridos en el incendio están en estado muy grave ingresados en el hospital de Cruces; se trata de un hombre que presenta quemaduras en el 50 % del cuerpo, con el añadido de lesiones tras saltar por la ventana, y una mujer, intubada, ingresada en la unidad de grandes quemados.

Hay una tercera persona con pronóstico grave, una chica de 23 años afectada por el humo, fractura en vértebra lumbar y en extremidad inferior, mientras que el resto de trasladados, varios menores de edad, han sido leves, sea por lesiones o por el humo.

Entre la impotencia, los vecinos se han quejado de la tardanza de los bomberos en llegar, así como que, una vez en el lugar, "han tardado cuarenta minutos en entrar a la casa, mientras se ponían las mascarillas y los equipos".

Según el ayuntamiento, el aviso se ha recibido a las 6:34 y ocho minutos después los bomberos estaban en el lugar. Para las ocho y cuarto el fuego estaba controlado.

A las doce de la mañana los bomberos han terminado de sacar los cuatro cadáveres del edificio, algunos por el hueco en el tejado, ya que el inmueble está parcialmente derrumbado por dentro.

Los bomberos siguen allí revisando los escombros y enfriando el edificio para evitar que se reavive el fuego.

El alcalde, Juan María Aburto, ha visitado el lugar, donde ha declarado que trasladaba su apoyo y condolencias a las familias, subrayando que "es una tragedia. Estoy roto".

Además de los servicios de emergencia, al lugar han acudido 14 personas de atención social y psicológica. En las próximas horas el Ayuntamiento trabajará en el realojo de los afectados.

El presidente del Gobierno, el lehendakari y todos los partidos vascos han expresado sus condolencias por el suceso. También el portavoz de la Asociación de vecinos de La Landa, la zona del barrio de Zorroza donde se ha producido el fuego, Luis Muñoz, ha asegurado que los vecinos están "en shock, hay una consternación total en el barrio".

También ha criticado Muñoz que la tragedia "se veía venir, es la crónica de una muerte anunciada. Llevamos cuarenta años denunciando la situación al Ayuntamiento para que pongan una solución. Es una zona degradada, urbanística y socialmente".

Según el consistorio el edificio no estaba declarado en ruina, aunque el Ayuntamiento había iniciado los procesos previos para facilitar su expropiación.