La Audiencia Provincial acoge estos días el juicio a cuatro personas a las que se atribuye diversos robos, de los que en seis ocasiones tuvieron lugar en el centro comercial chino de Las Chafiras, en San Miguel de Abona. La Fiscalía solicita tres años de prisión para I.G.B. y G.A.G.; dos para Y.G.C. y uno para S.B.C. Todos aceptaron su responsabilidad en los hechos, excepto G.A.G.

El fiscal acusa a este último y a I.G.B. de haberse introducido en noviembre de 2015 en el recinto comercial y apoderarse de dos cajas registradoras, en las que había 600 euros. En diciembre, I.G.B. y Y.G.C. presuntamente entraron en el mismo establecimiento y se apoderaron de 2.300 euros y dos décimos de lotería. El 26 de diciembre, los dos procesados, junto con la joven S.B.C., volvieron al mismo comercio, aunque esta vez apenas pudieron hacerse con 80 euros y tres cigarros electrónicos. El 11 de enero de 2016, I.G.B. regresó al centro comercial, donde se apoderó de un ordenador y dinero. Ocho días más tarde se acusa a I.G.B. de trepar por las vallas de tres metros de altura de acceso al parquin de la misma gran superficie y romper el candado de la puerta de acceso de un bar-pizzería, donde se apropió del dinero que estaba en la caja registradora. Hecho que volvería a repetir el 27 de enero.

La Fiscalía atribuye a este acusado un robo en un establecimiento de Las Galletas el 15 de febrero, donde se hizo con 150 euros y seis móviles. El 24 de febrero se introdujo en el mismo local usando una piedra para romper el cristal y robar un portátil. Otra vez, cuando estaba en un bar de Arona, intentó quedarse con el dinero que había en una máquina expendedora de preservativos en el baño. Al no poder abrir de nuevo la puerta tuvo que pedir ayuda al propietario, tras lo cual huyó dejando las monedas tiradas en el suelo.

I.G.B. volvió a dicho bar el 1 de marzo, al que entró rompiendo el cristal de una ventana y apoderándose de 369 euros. En una tienda situada en San Miguel sustrajo un teléfono móvil, ya que no había dinero. La Fiscalía también lo culpa de romper el cristal trasero de un vehículo que estaba estacionado en la gasolinera de Las Chafiras y robar un teléfono móvil.

En otra ocasión, el mismo acusado entró en un bar de este municipio y aprovechó el descuido del propietario para hurtar 548 euros. Al ser descubierto, se produjo un forcejeo entre ambos. Finalmente, el procesado sería detenido por la Guardia Civil en marzo, acordándose entonces su ingreso en prisión preventiva. De todos los acusados tan sólo G.A.G. negó los hechos y dijo que conocía a Y.G.C. por ser primo suyo. Denunció que cuando fue detenido la Guardia Civil le obligó a quitarse los tenis por considerarlos una prueba de convicción. En el caso de Y.G.C. aseguró que había participado en los delitos porque era consumidor de heroína y sufría el síndrome de abstinencia en aquellos momentos. Otro tanto confesó la joven, quien declaró que después de catorce años de adicciones ahora estaba en tratamiento de metadona.

Identificado por el calzado que llevaba

Los efectivos de la guardia civil atribuyen la autoría de los hechos a Gonzalo A. G. por las imágenes obtenidas con la cámara de seguridad del almacén Chinatown y porque en ese momento utilizaba un calzado idéntico al luego requisado. Además, indicaron que lo conocían por estar invuolucrado en otros delitos. El propio Isef declaró que fue quien lo acompañó en uno de estos robos.