La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife y la acusación particular piden cinco años de cárcel para cada uno de los dos acusados de quemar la cara de una mujer con un soplete de cocina. Igualmente, solicitan que la víctima sea indemnizada con 16.500 euros por las secuelas sufridas a raíz de la agresión, tanto físicas como psicológicas.

Los hechos tuvieron lugar a las 17:00 horas del 31 de marzo de 2016, cuando la víctima estaba hablando y bebiendo junto a los acusados -el ciudadano británico D. P. T. y el alemán R. C. R.- en la cueva que habitaba el primero en Granadilla de Abona. Sin que se sepa la razón, de forma repentina los dos se unieron para atacarla. Mientras uno la agarraba con fuerza del pelo y tiraba hacia atrás hasta conseguir que la víctima se arrodillara, D. P. T. le quemó la cara con un soplete de cocina.

Después la sacaron de la cueva y le tiraron piedras al rostro, alguna de las cuales llegaba a medir casi 30 centímetros, y le propinaron diversas patadas en el cuerpo y la cabeza cuando la mujer se encontraba en el suelo. En el momento de llegar la policía, media hora más tarde, D. P. T. todavía seguía dándole patadas y golpes con el soplete. Como resultado, la agredida sufrió diversas lesiones, como la rotura de los huesos de la nariz, quemaduras de primer grado en el rostro y de segundo en la mano derecha, hundimiento de pómulo derecho, en la nariz, oreja y cuello cabelludo. Motivos por los cuales recibió una primera asistencia sanitaria, tuvo que ser hospitalizada durante veinte días y transcurrir otros 97 hasta su recuperación total.

En la actualidad la mujer presenta secuelas como diversas cicatrices craneales y faciales y síndrome de estrés postraumático. Las defensas solicitaron la libre absolución de los defendidos o como mucho se les imponga una pena de tres años y medio de cárcel por un delito de lesiones, atenuado por el consumo de alcohol.

Los peritos que declararon ayer en la vista oral confirmaron la existencia de un estrés postraumático que se concretaba en pesadillas, miedo a abandonar el hospital y no entender los motivos de lo ocurrido ya que consideraba que los supuestos agresores eran amigos suyos.

El ciudadano británico intentaría posteriormente quitarse la vida, lo que según el psiquiatra consultado no tiene por qué significar de forma forzosa que tenga mermadas sus capacidades cognitivas.

Con respecto a la gravedad de las quemaduras sufridas, las de primer grado son equiparables a las que causa una exposición durante demasiado tiempo al sol y las de segundo dan lugar a ampollas. Los cortes, según los peritos, fueron causados por algún objeto cortante.