La Audiencia Provincial ha impuesto una condena de siete años de cárcel a P.J.D.R. por abusar de una menor, a la que además deberá indemnizar con 25.000 euros por los daños morales causados.

La Sala da por probado que el procesado se aprovechó de la relación casi familiar que le unía a la menor, que en el momento de los hechos tenía 14 años, ya que era novio de la sobrina de la pareja de su madre y además padrino de la hermana pequeña.

De esta manera mantuvo relaciones sexuales con la menor en numerosas ocasiones, a las que ésta accedía, en ocasiones por el respeto y miedo que le infundía el procesado y en otras de manera espontánea. Muchas tuvieron lugar en la casa de la familia situada en Tacoronte, a la que acudía frecuentemente a primera hora de la tarde, momento en el que se quedaba solo con ella y con la hermana menor. Este tipo de situaciones se llegaron a producir casi diariamente, a veces también en la casa del condenado en La Orotava o en su coche cuando la iba a buscar al salir del instituto. Precisamente, por este motivo la joven comenzó a faltar a clase, por lo que tuvo que intervenir el servicio de orientación del centro educativo. El procesado intentó controlar la vida diaria de la menor.

Como consecuencia, la víctima sufrió un síndrome de estrés postraumático de tipo crónico que requirió para su superación tratamiento psicológico que aún continúa. Los hechos fueron denunciados por la madre.

Agresiones y moratones

Durante la celebración de la vista oral se consideró que la ya mayor de edad mantuvo de forma invariada, en sus elementos esenciales, el relato de los hechos. Admitió que en ciertas ocasiones los encuentros fueron consentidos, pero que también se opuso a otros y solo acabó accediendo por miedo a disgustarle. A veces las prácticas se llevaron a cabo ante la hermana pequeña, que acababa llorando. Otras la agarraba del cuello hasta causarle moratones que intentaba ocultar con un pañuelo que llevaba incluso en verano. Confesó lo que ocurría en una consulta médica en 2014.