Los vecinos de los edificios ubicados en los números 21 y 23 de la calle Borí i Fontestà de Barcelona, donde ayer se derrumbó el balcón de uno de los pisos superiores, provocó un herido leve, pasaron la noche fuera de sus casas para que los bomberos puedan trabajar en el desescombro.

Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona han explicaron a "Efe" que cuando faltaban unos cinco minutos para las tres de la tarde los servicios de emergencias recibieron un aviso de que se había derrumbado un balcón, en un incidente que afectó al balcón contiguo y que obligó a unas "laboriosas" tareas de desescombro entre ayer y hoy.

El incidente acabó repercutiendo en otros ocho balcones de estos dos inmuebles, de nueve pisos de altura y con una cuarentena de vecinos afectados, de los que una treintena se han evacuado nada más ocurrir el incidente de forma preventiva.

Las citadas fuentes comentaron que a consecuencia del suceso, el Ayuntamiento activó el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), desde el que se ofreció a los vecinos alojamiento alternativo para la noche.

Cinco dotaciones de los Bomberos de Barcelona se desplazaron hasta el lugar para realizar tareas de reconocimiento y determinar con exactitud la afectación del suceso.

Algunos de los vecinos de la zona indicaro que el momento en el que ocurrió el incidente coincidió con una fuerte lluvia y un episodio de relámpagos.

Por su parte, el jefe de guardia de los bomberos explicó a los periodistas que las causas "exactas" que han provocado el derrumbe no se conocerán hasta que termine un "peritaje exhaustivo" en la zona y hasta que no hayan terminado las labores de desescombro.

En este punto, indicó que hay muchos cascotes, algunos de grandes dimensiones, calculando que hay entre 500 y 600 kilos de escombros por recoger en las próximas horas.

Además, insistió en que "a primera vista no hay ninguna anomalía" en estos edificios, aunque "como bomberos no podemos descartar ninguna hipótesis".