Un padre se enfrenta a tres meses de cárcel y al pago de una multa de 60 euros, además de un año y tres meses de alejamiento, por haber reprendido a su hijo, actualmente de 16 años, propinándole un bofetón.

Los hechos se han juzgado este jueves en el Penal número 3 de Jaén. El hombre se ha sentado en el banquillo acusado de un delito leve por lesiones de menor gravedad y un delito de maltrato. No se ha sentado solo, ya que su hermana y tía del menor, también está acusada de un delito leve por lesiones de menor gravedad por el que se le reclama 60 euros de multa.

Los hechos enjuiciados se remontan al 10 de julio de 2015, en un parque público de Segura de la Sierra (Jaén). Todo comenzó por una tarjeta de móvil que el menor en cuestión no devolvió a su primo en el momento en el que éste se la pidió. Su tía estaba presente y, según el menor, le propinó un bofetón y le agarró por el brazo ocasionándole "arañazos" por supuestamente no querer devolverle la tarjeta a su primo.

Cuando el menor llegó a su casa, y siempre según su declaración en el juicio, el padre le propinó "un tortazo" y le ordenó que cogiera el autobús y volviera con su madre, ya que sus progenitores están separados.

Fue la madre del menor la que interpuso la correspondiente denuncia al ver llegar a su hijo "con la cara hinchada" y con arañazos "con sangre" en el brazo. La madre llevó a su hijo al médico y con el parte de lesiones interpuso la denuncia.

La tía ha declarado que ella no le pegó y que se limitó a regañarle por no querer devolver la tarjeta a su primo y a decirle que se marchara a casa a hablar con su padre ya que ella previamente se lo había contado todo por teléfono.

El padre también ha declarado en el juicio que se limitó a reñirle, pero que "no le puse una mano encima". Ha señalado que era habitual que su hijo quisiera estar con él o con su madre en función de cómo le fuera en cada momento con cada uno de ellos.

El Ministerio Fiscal, que ha rebajado su petición de pena inicial de siete a tres meses de prisión, ha apuntado que "la insubordinación" del menor "se corrió de una manera excesiva" y se ha apoyado en el parte de lesiones para acusar tanto al padre como la tía.

La acusación particular ha hablado de "castigo desproporcionado", mientras que las defensas han pedido la libre absolución por considerar que el menor padece el "síndrome del emperador" o del niño tirano que busca dominar a sus progenitores.