Parientes y conocidos del joven que mató a una vecina que le pidió que hiciera menos ruido respaldaron ayer la tesis de su defensa de que dedicaba casi todo su tiempo a los videojuegos, hasta el punto de que "no salía de su habitación" para seguir jugando, según han dicho varios de ellos.

"Su foco de atención era el ordenador", tanto que, "si se le apagaba, se le apagaba la existencia", aseguró en el juicio la madre del acusado, que relató cómo incluso una noche descubrió que "había cogido una bolsa de hielo para ponérsela encima" y evitar que el aparato se recalentara por las muchas horas de uso ininterrumpido.

Una amiga de su hermana que explicó que visitaba frecuentemente su casa y hasta dormía en ella muchas veces afirmó que era "un chico muy introvertido. Como resumen, sentenció: "Desde que lo conozco, siempre estaba metido en su cuarto".

Un conocido de la familia que acudía a menudo a su hogar de Las Palmas y pasaba horas allí dijo: "Desde que yo llegaba a su casa hasta que me iba, ya de noche, no salía". Además, rememoró que en una ocasión fue al domicilio a llevar fruta porque le habían dicho que estaba el chico, Alberto M.P., y que él le recibiría pero "tocaba en el telefonillo y no le abrían", por lo que llamó a su madre y solo después de contactar con ella, "al rato, 10 o 15 minutos después, bajó y abrió".