La Policía china aseguró que no se han encontrado evidencias de abusos sexuales en la guardería de Pekín investigada por un posible caso de abusos de menores, aunque reconoció que una de las maestras utilizó agujas como método de "castigo", informó hoy la agencia oficial Xinhua.

El escándalo en la guardería saltó a los medios de comunicación el pasado jueves, después de que decenas de padres se quejasen de que sus hijos podrían ser objeto de abusos, incluso sexuales, tras encontrar marcas de agujas en algunas partes de su cuerpo y descubrir que les dispensaban con asiduidad unas pastillas blancas desconocidas.

Los primeros resultados de la investigación policial apuntaron a que una profesora de 22 años y apellidada Liu, que fue detenida el pasado fin de semana, presuntamente utilizó agujas de coser para "castigar" a niños que no dormían.

Según detalló, no se encontró ninguna evidencia de abusos sexuales después de que una de las niñas fuera examinada por un médico a petición de sus padres y tras revisar 113 horas de grabaciones obtenidas por las cámaras de vigilancia.

Sin embargo, la Policía reconoció que estas imágenes estaban incompletas y algunas de ellas dañadas, lo que se justificó en cortes de energía frecuentes debido a que un miembro del personal de vigilancia, molesto por el ruido del monitor, solía desconectar las cámaras cuando finalizaban las clases.

Respecto a las supuestas pastillas desconocidas que tomaban los menores, aseguró que únicamente se suministraban medicamentos bajo previa autorización de los padres.

La Policía informó de que seguirá investigando los hechos y pidió que se divulgue información sobre este caso "de manera racional", ya que, según aseguró, uno de los testimonios que salieron en televisión asegurando que se le suministraron pastillas blancas a uno de los niños fue desmentido posteriormente por el padre.

Tras el escándalo, el Gobierno chino anunció la inspección de guarderías de todo el país para valorar la conducta de sus profesores y cuidadores.

No es la primera vez que una guardería del grupo RYB, que posee más de 1.800 jardines de infancia en China, es acusada de abuso de menores.

En 2015, cuatro profesores de una de sus guarderías en Jilin (norte) fueron condenados a casi dos años de cárcel por abusar físicamente de algunos de sus alumnos.

Otros jardines de infancia chinos que no dependen de RYB también se han visto salpicados por este tipo de escándalos, uno de los más recientes ocurrió a principios de este mes en Shanghái (este), cuando se divulgaron unas grabaciones que mostraban cómo algunos niños sufrían abusos físicos por parte de sus cuidadores.