Un funcionario de Instituciones Penitenciarias sufrió una agresión durante la tarde-noche del pasado domingo en la cárcel Tenerife II. Como consecuencia de los golpes, el trabajador se encuentra de baja.

Los hechos ocurrieron a las 20:00 horas en las instalaciones de la Enfermería de la prisión.

El interno se abalanzó sobre el afectado de forma repentina y sin mediar palabra.

Como consecuencia del inesperado ataque, el funcionario sufrió golpes de diversa consideración y arañazos.

Entre otras lesiones, personal médico acreditó que sufrió una tendinitis en la mano derecha.

Tras los golpes, el empleado de Instituciones Penitenciarias fue atendido en la propia Enfermería, en un primer momento, y posteriormente fue tratado en un centro hospitalario.

Curiosamente, el mismo preso que presuntamente protagonizó el ataque sufrió el pasado 21 de noviembre una intoxicación por consumo de sustancias tóxicas o psicotrópicas.

Una de las fuentes consultadas señala que, entonces, gracias a la rápida y correcta actuación de los funcionarios de prisiones pudo ser trasladado y atendido en un centro hospitalario para salvar su vida.

En esa línea, comenta que "el esfuerzo de todos los profesionales que se dedican a la reeducación y reinserción con aquellos internos que muestran predisposición e interés, "luego no se ve compensada por una parte de los presos, que no respetan el normal desarrollo de las actividades y la convivencia en el centro penitenciario".

Dicha fuente lamenta que "los que sufren las agresiones son los funcionarios que realizan la vigilancia, como último eslabón de la custodia y trato directo con los encarcelados".

Además, recalca que la falta de efectivos reales que se padece en el centro también influye en la prevención y actuación "ante estos casos de agresiones".

No obstante, aclara que "las conductas imprevisibles no son detectables y en cualquier momento se puede sufrir una agresión". Por ello, desde parte del personal se considera fundamental tener la formación suficiente para hacer frente a un ataque violento.

Sin embargo, algunos trabajadores lamentan que esa preparación no se ofrece de manera suficiente por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Actualmente, en todo el país, se estima que faltan unos 3.000 funcionarios en las cárceles.

las claves

El presunto agresor sufrió una intoxicación por ingesta de sustancias estupefacientes el pasado 21 de noviembre y tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario.

Fuentes del personal lamentan que muchos trabajadores encargados de la vigilancia no tienen la formación suficiente para hacer frente a ataques violentos.