Jenny Sofía H., la mujer asesinada en la noche del viernes en Los Realejos, había denunciado a su expareja, Esteban H.D., el 8 de enero por agresiones verbales ante la Policía Nacional de la Comisaría del Puerto de la Cruz. En dicho trámite no creyó oportuno pedir medidas cautelares u orden de alejamiento para el ahora acusado de su muerte. Por ese motivo, la Policía Nacional consideró que se trataba de un asunto de "riesgo bajo". Un día después, se celebró una vista judicial en Icod y una jueza decidió archivar la causa.

Así lo aseguró ayer el subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz Guerra los a medios de comunicación.

El abogado de la fallecida y de su hija, Sánder Gil, afirmó a EL DÍA que su clienta, Jenny Sofía, y el presunto autor de su homicidio tenían dos procedimientos judiciales abiertos. Uno era por el divorcio y el otro por la custodia de la niña de 9 años, que era nieta biológica de la víctima e hija adoptiva de Esteban H.D., según dicho letrado.

El ahora detenido fue a Colombia, reconoció a la menor como hija y le dio sus apellidos. Así, la pequeña pudo venir a España y regularizar su situación.

Jenny nació en Venezuela, pero desde niña residió en Cali (Colombia). En 2008 se casó con Esteban, 21 años mayor que ella. Con el matrimonio, la mujer pudo regularizar también su estancia en España.La relación de pareja duró nueve años. En septiembre, Esteban y Jenny dejaron de convivir, según Gil. El letrado señala que ella tenía actualmente una nueva pareja, con quien residía en San José de Los Llanos, en El Tanque.

El abogado de la víctima afirma que, unas horas previas al suceso, el ahora arrestado, su expareja y la madre de la niña de 9 años, que ha residido en Marbella, mantuvieron conversaciones tensas sobre la guardia y custodia de la menor. Supuestamente, la intención de la familia biológica es que la hija de la fallecida vuelva a tener potestad sobre la pequeña, según Gil. Según el abogado, ambas mujeres "me dijeron que se había llegado a un acuerdo verbal" sobre la niña, pero el mismo debían refrendarlo la autoridad judicial y el fiscal. Jenny trabajaba en una cooperativa agraria en Alcalá, en Guía de Isora.

Según algunas fuentes, la vivienda donde ocurrieron los hechos, en Las Llanadas (Los Realejos), estaba a nombre de la fallecida. Su nieta ha estado escolarizada en Los Realejos, concretamente en Palo Blanco. El abogado de su familia señaló que, en el momento del homicidio, la niña no estaba en la casa de Las Llanadas, sino en la de un familiar.

El subdelegado del Gobierno aseguró ayer que el miércoles día 17 agentes de la Policía Nacional llamaron por teléfono a Jenny para preguntarle cómo estaba y si se habían repetido las agresiones verbales. Según Díaz Guerra, la mujer les respondió que estaba tranquila. No obstante, los policías le aconsejaron medias de autoprotección y que cesara cualquier convivencia con Esteban. Este seguía ayer en el HUC en estado muy grave. En la huida por la autopista Norte colisionó con otro coche en el que iban un hombre, que resultó ileso, y una mujer de 74 años, que sufrió traumatismos moderados y fue rescatada por los bomberos y una ambulancia la trasladó al hospital La Candelaria.

El acusado presenta heridas de arma blanca, circunstancia que se investiga.