Francisco Franco Martínez Bordiú ha alegado que era un exempleado suyo el que conducía el coche que se vio implicado en una persecución en 2012 y que acabó chocando contra una patrulla de la Guardia Civil, hechos por los que se enfrenta a seis años de prisión en un juicio que ha comenzado hoy en Teruel.

Franco, nieto del dictador, está acusado junto a otro exempleado suyo, Silviu Nicolae, presuntamente el copiloto, de conducir el coche que embistió a unos agentes de la Guardia Civil la mañana del 30 de abril de 2012, con motivo de una persecución iniciada por circular por la carretera N-234 con las luces apagadas.

El choque, supuestamente, provocó daños al vehículo oficial, además de lesiones a uno de los agentes, que dice que reconoció a Franco como conductor. Las investigaciones le sitúan en la zona gracias al sistema de localización de su teléfono móvil.

Franco ha ratificado su declaración de 2014, es decir, que en la madrugada del 30 de abril de 2012, cuando ocurrieron los hechos, se encontraba en Madrid y no en Teruel, tal y como declararán varios testigos y tratará de probar con documentos como la factura de un taller, ha recalcado.

Ha relatado que el 29 de abril había viajado desde su finca de Aranda del Moncayo (Zaragoza) a Madrid debido a la previsión de mal tiempo, y derivado de ello, a que no podría cazar.

Según su versión, conoció el incidente con la Guardia Civil cuando le dejaron un recado desde su oficina en un aparcamiento de Madrid, diciéndole que estaban llamando desde el Instituto Armado "de manera muy inquisitoria" y pidiendo las llaves del vehículo implicado, el cual pertenecía a una sociedad gestionada por su hijo Francisco.

Cuando tuvo conocimiento del hecho, decidió desplazarse en AVE a la zona, en concreto a Calatayud (Zaragoza), donde, según su relato, le recogió Marius, el exempleado suyo al que Franco acusa de ser el causante del incidente con la Guardia Civil.

Según el relato que ha ofrecido hoy, este exempleado, en Calatayud, le pidió "disculpas" por haber tenido un "problema" con la Guardia Civil y le comunicó, asimismo, que los daños en el coche eran "muy leves"; también le entregó una bolsa que iba en el vehículo implicado, entre cuyo contenido se encontraba un teléfono y una tablet.

Tras llegar a Calatayud, Franco acudió a la zona del incidente para saber qué es lo que había pasado a pesar de que, según sus palabras, era la empresa que gestionaba su hijo la que conocía a Silviu, también acusado en el juicio que ha comenzado hoy por ser, presuntamente, el copiloto. Se ha acogido a su derecho a no declarar.

Durante su declaración, Franco ha subrayado que no suele conducir los coches, especialmente si son de marchas porque está acostumbrado a coches automáticos, por lo que suele llevar chófer.

Además, a preguntas de su abogada, ha aclarado que en la finca de caza que tiene en la zona hay "varios teléfonos" de la empresa que utilizan tanto los empleados como los invitados, ya que sólo hay cobertura de una operadora.

A su vuelta a Madrid el 29 de abril, siempre según su versión, se dejó el móvil cargando en la finca de Aranda del Moncayo y ha precisado, en este sentido, que tiene varias tarjetas de su número, una de las cuáles está en una tablet y utiliza como navegador en un vehículo.

Al inicio del juicio, la defensa ha pedido la nulidad de las actuaciones por no haber recibido los autos originales durante la instrucción.

La jueza lo ha rechazado, así como la petición de que declaren todos los agentes el mismo día, incluido uno de los implicados, de baja por enfermedad, por lo que lo hará por videoconferencia. También ha rechazado la petición de las grabaciones originales de la Guardia Civil.