La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife solicita, por primera vez, la imposición de la prisión permanente revisable para S. D. G., presunto asesino de un anciano, abuelo de una menor que fue su pareja durante un tiempo. Alternativamente, el Ministerio Público solicita 25 años de cárcel y en ambos casos libertad vigilada durante 10 años a partir de que quede en libertad, prohibición de acudir o residir en Icod de los Vinos, donde ocurrieron los hechos, y de acercarse a una distancia de 500 metros a los miembros de la familia cercana del fallecido.

La Fiscalía también pedirá durante el juicio con jurado que tendrá lugar a partir del próximo 12 de marzo, que el acusado indemnice con 60.000 euros a cada uno de los cuatro hijos de la víctima y con 120.000 a su hija en concepto de daños morales. Y todo ello, al considerarle responsable de un asesinato con alevosía y ensañamiento a una persona especialmente vulnerable por razón de su enfermedad o discapacidad.

Fue el 14 de enero de 2016 cuando el procesado acudió al domicilio del fallecido, que tenía 67 años de edad, momento en el que se produjo una violenta discusión entre ambos a raíz de la relación mantenida con su nieta, que en aquellos momentos era menor de edad.

El acusado entró en la vivienda y empujó al anciano, por lo que este cayó de espaldas al suelo en el pasillo donde, aprovechándose de su imposibilidad para defenderse o huir y conociendo la enfermedad y discapacidad que sufría, le asestó, al menos, 37 puñaladas.

Las heridas las produjo con un cuchillo que portaba consigo y con otros que cogió de la vivienda y los clavó en el abdomen y el tórax, para luego propinarle fuertes golpes con objetos contundentes encontrados en la casa. Entre ellos, un palo, una estatuilla y una figura decorativa maciza, con las que le causó heridas en la cara, una fractura y hundimiento nasal y maxilar y rotura de los dientes.

Pero, incluso cuando se encontraba aún con vida volvió a clavarle un cuchillo en el cuello varias veces, lo que le provocó el consiguiente sufrimiento antes de perder su vida, según consta en el escrito del Ministerio Público.

De las heridas causadas con los cuchillos, trece fueron profundas y alcanzaron el corazón, pulmones, intestinos o el vaso vascular del cuello.

Pero, además, el procesado produjo otras cortantes en extremidades superiores e inferiores, espalda y parte dorsal que le causaron la muerte al anciano a raíz de la pérdida grave de sangre, dada la extrema violencia con la que realizó el ataque.

La víctima había sufrido un ictus isquémico en el tronco encefálico hacía años y se encontraba en tratamiento desde 2010 por alteración de lenguaje y marcha inestable, según ha trascendido.

Prisión provisional

En su momento se declaró la incapacidad permanente total y una enfermedad cerebro vascular a la víctima, que le producía discapacidad física y una reacción ante estímulos más lenta y torpe que el de una persona sana. El anciano era viudo y vivía con su hija y sus nietos y contaba con otros cuatro hijos, que no dependían económicamente del fallecido ni convivían con él. Desde el suceso, el acusado permanece en prisión provisional.