> La Fiscalía ha mantenido este jueves su petición de 20 meses de prisión para E.R.S., el hombre acusado de maltrato animal y hurto tras supuestamente haber matado cuatro gallinas y sustraído otras dos aves en un cortijo de Canjáyar (Almería), donde fue grabado por una cámara de seguridad que había instalado el propietario de la finca, según ha indicado el propio afectado en la vista oral.

El juicio celebrado en la Ciudad de la Justicia se ha celebrado sin la presencia del acusado, que no ha comparecido ante el juez al contrario que el testigo denunciante, quien ha explicado que el acusado aparece en el vídeo de la cámara de seguridad que había instalado en la finca "por si entraba alguien" dado que la tenía "sin vallar" y había oído que "se estaban produciendo robos" por la zona.

Así, ha detallado que la grabación fue reproducida por primera vez en dependencias oficiales de la Guardia Civil y en ella figuraba el acusado al que "se le veía con el saco" y al que se reconocía "perfectamente". "Yo lo conocía y los guardias civiles sabían quien era", ha apostillado el testigo en referencia a la notoriedad del presunto autor de los hechos.

Más específico ha sido aún a preguntas de la defensa al asegurar que en el vídeo, que se ha dado por reproducido en sala, se ve al acusado "cómo las coge --a las gallinas-- y sale con el saco cargado". Pese a esta precisión, la letrada de la defensa ha incidido nuevamente sobre el contenido del macuto y ha cuestionado si dentro, según lo referido por el acusado en instrucción, no habría habas en lugar de aves. "¿Habas? ¿En esa época del año? Si yo no tenía habas", ha contestado el perjudicado, quien sufrió el hurto en mayo de 2016.

El testigo, quien ha reclamado la compensación económica que pudiera resultar con motivo de la muerte y sustracción de los animales, ha explicado a preguntas del juez que fueron entre seis y ocho las gallinas que murieron o fueron sustraídas, así como un gallo que también tenía y que el acusado se habría llevado con él.

Igualmente, ha lamentado la desaparición de las aves, puesto que las tenía su hija "desde pequeña, cuando las sacó de la incubadora" como "animal de compañía". La Fiscalía, que estima en 69,27 euros el precio de las seis aves perdidas, ha solicita la condena del acusado mientras que la defensa ha reclamado su libre absolución al considerar que "ni el visionado ni la declaración del testigo" pueden determinar que cometiera los hechos que se le imputan.