La Policía Nacional ha logrado liberar a una joven víctima de explotación sexual, que era obligada a ejercer la prostitución en el Polígono Marconi de Madrid, y que había sufrido tanto agresiones físicas como sexuales por parte de distintos miembros de un grupo criminal, que ha sido desarticulado con sus cinco integrantes, que han ingresado en prisión.

Según ha informado la Dirección General de Policía, la joven era obligada a ejercer la prostitución en la vía pública en el Polígono Marconi, y después tenía que entregar todo el dinero a sus controladores, quienes se aseguraban de que cumplía con los servicios sexuales.

Se ha podido identificar y detener a los cinco integrantes del grupo y además conocer el modus operandi: las víctimas de la red eran aleccionadas sobre su comportamiento para la captación de clientes y fiscalizadas por una mujer que también ejercía la prostitución.

La denuncia de un ciudadano en una comisaría madrileña alertó de la existencia de una posible víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Tras las investigaciones se pudo confirmar la existencia de una joven, de nacionalidad rumana, a la que aprovechándose de la precaria situación que padecía en su país fue captada mediante engaño con la falsa promesa de un trabajo en España, motivo por el que aceptó su traslado, creyendo que su viaje tenía como fin el cuidado de personas de la tercera edad.

REGLAS DEL GRUPO CRIMINAL

La organización criminal tenía reglas "muy rígidas" y parámetros preestablecidos de cómo debían de comportarse las víctimas para la captación de clientes. Para ello tenía miembros dedicados a controlar a las víctimas e incluso contaban con una mujer de la organización que ejercía la prostitución y fiscalizaba a la joven explotada de forma directa.

En el caso de que la víctima mostrara su disconformidad con la situación que padecía, la respuesta por parte de la organización no se hacía esperar en forma de amenazas e incluso agresiones físicas, impidiendo que pudiera tener relaciones sentimentales. En el caso de que iniciara alguna relación, la posible pareja era coaccionada para que pagasen por su libertad. Además la joven había sido agredida sexualmente en varias ocasiones por los propios miembros de la red y por algún amigo de estos.

La organización ha sido desarticulada tras detener a sus cinco miembros, los cuales han ingresado en prisión sin fianza. El grupo estaba totalmente jerarquizado, teniendo un reparto de tareas específicas: un miembro se encargaba de la captación en Rumanía mediante promesas de un falso empleo mientras que otros miembros en España ocupaban el rol de controladores y receptores de los beneficios económicos obtenidos con el ejercicio de la prostitución.

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha en 2013. Con la puesta en marcha de este plan, la Policía Nacional activó la línea telefónica gratuita 900.10.50.90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia anónima y confidencial, de este tipo de delitos.