El Juzgado Penal de Reus ha condenado a un vecino de Vinyols i els Arcs (Tarragona) a una pena de prisión y a pagar una indemnización económica por matar con veneno de forma intencionada a alrededor de 30 animales, la mayoría domésticos, ha informado la Generalitat este miércoles en un comunicado.

Los hechos se remontan al año 2006, cuando los Agentes Rurales recibieron varias denuncias por parte de varios vecinos sobre la muerte de sus mascotas por envenenamiento, una práctica ilegal que sirve para reducir el número de depredadores habituales de la fauna cinegética como los conejos y las perdices.

Los Agentes Rurales interceptaron a dos personas en el momento en el que colocaban el veneno, y constataron que habían matado a 19 perros, diez gatos, un zorro y una garduña, con una práctica que no generaba la muerte instantánea, sino que sometía a los animales a una muerte lenta y agónica.