El fotógrafo de La Orotava que recientemente ha sido procesado por 16 delitos de índole sexual, la mayoría de ellos con adolescentes varones como víctimas, ya fue detenido hace diez años por hechos similares, condenado y enviado a la cárcel. En octubre del año 2007, el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil con base en el Puerto de la Cruz apresó a P.J.H.G., después de que en la intervención de sus equipos informáticos fueran identificados inicialmente 14 menores de edad en unas imágenes en las que posaban desnudos o mantenían relaciones sexuales con otros.

La noticia de la acusación formal por parte del Juzgado de Instrucción número Uno de La Orotava intensificó el calvario por el que algunos padres y víctimas han tenido que pasar en la última década. Una madre, que prefiere mantener el anonimato, reconoció ayer a EL DÍA que, desde entonces, su familia no ha levantado cabeza.

Dicha mujer señaló que, cuando se descubrieron en 2007 las prácticas delictivas llevadas a cabo por P.J.H.G., su hijo tenía 13 años. Independientemente de la actuación de la Guardia Civil y de las autoridades judiciales, las consecuencias emocionales para ella y su marido han sido devastadoras. De hecho, reconoce que su esposo todavía continúa con tratamiento psicológico.

El fotógrafo implicado en estos casos salió hace varios años del centro penitenciario Tenerife II. La madre del menor de 13 años afectado por las acciones del acusado reincidente señala que, hace una década, su marido trató de protegerla a ella y esta, a su vez, a su esposo.

Todavía está arrepentida de no haber emprendido acciones más contundentes contra el referido fotógrafo. Recuerda que descubrir por lo que había pasado su hijo les afectó tanto que no supieron cómo afrontar la situación.

En octubre de 2007, el arrestado prestó declaración ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de La Orotava.

Los agentes del Instituto Armado comprobaron que el fotógrafo captaba a menores de entre 12 y 14 años para la realización o grabación de imágenes de contenido pornográfico.

Según los datos ofrecidos entonces por el TSJC, los adolescentes recibían dinero en metálico, regalos de objetos de diferente valor o, a veces, droga.

La investigación de hace una década se inició por parte de los guardias civiles cuando un menor avisó a sus familiares de que el mencionado individuo le había enviado un correo electrónico donde lo invitaba a una sesión fotográfica. Pero dicho mensaje también incluía la foto de un "chico" desnudo. En noviembre del año pasado, la historia se volvió a repetir.

caso del fotógrafo de la orotava