Al menos seis mineros están atrapados en un mina de oro en la localidad de Migori, en el sudoeste de Kenia, desde ayer por la tarde cuando se derrumbó el túnel en el que trabajaban, informaron hoy medios locales.

Los equipos de emergencia aún no han conseguido acceder al lugar donde se encuentran los mineros, por lo que aumenta el miedo de que puedan morir ahogados.

El desplome de la mina pudo deberse a las consecuencias de las fuertes lluvias que están cayendo en Kenia y que ha provocado 112 muertes y más de 260.000 desplazados según las cifras que proporcionó la Cruz Roja keniana a finales de la semana pasada.

Sin embargo, en los últimos días las lluvias no han cesado y los medios se han hecho eco de nuevos fallecimientos de personas arrastadas por las riadas.

Las lluvias afectan ya a 32 de los 47 condados que componen el país y a más de 48.000 hogares.

También 42 centros sanitarios y 29 escuelas se han visto sumergidas en las inundaciones y las riadas, que se han llevado por delante casi 20.000 cabezas de ganado y casi 88 kilómetros cuadrados de cultivos.

A pesar de que el derrumbe del túnel de la mina pudo deberse a las lluvias, el accidente ha revelado las vulnerables condiciones en las que trabajan los mineros, que se enfrentan a accidentes, fuegos, explosiones e inundaciones en su trabajo.