Un portavoz del taxista de Santa Cruz de Tenerife denunciado por una mujer invidente por no permitir que su perra guía se sentara junto a ella en el vehículo de servicio público el pasado miércoles rechazó las acusaciones efectuadas por dicha persona y da su versión sobre algunos de los datos publicados ayer en EL DÍA.

El representante del conductor denunciado niega "las acusaciones que se le hacen". En primer lugar, comenta que "pudo haber un malentendido" y que el taxista se percató de que el can estaba perdiendo mucho pelo y por ese motivo no dejó que se subiera en la parte de los asientos.

El portavoz del chófer señala que, seguidamente, ofreció a la vendedora de cupones de la ONCE subir al animal en el maletero y abatir los sillones traseros. Un testigo niega que el can estuviera en malas condiciones, que perdiera pelo o que se ofreciera a abatir los sillones.

La persona que habla en nombre del taxista afirma que, a partir de ese momento, la mujer se alteró, pero su acompañante todavía mucho más. Cabe recordar que, según la Ley 3/2017 de 26 de abril de perros de asistencia, un discapacitado visual tiene derecho a que su perro (que pasa revisiones periódicamente) lo acompañe a todos los lugares, excepto a un quirófano.

Sobre el episodio que originó una denuncia ante la Policía Nacional, al afirmar la víctima que fue golpeada por el mismo taxista con su vehículo, el portavoz del implicado dice que ocurrió cuando todos los coches se desplazaron tres metros hacia adelante, que no detectó que golpeara a la invidente y que esta puso las manos sobre el capó. Y después dijo que de ahí no se movería hasta que llegara una patrulla de la Policía Local.