El acusado de haber intentado violar y matar a una niña de 12 años, hija de su pareja, ha admitido hoy ante la Audiencia de Las Palmas que le clavó un cuchillo y que cree que intentó asfixiarla, pero que "nunca" la tocó y que actuó bajo los efectos de las drogas tras consumir "200 euros de crack".

El procesado, J.A.S.S., que se enfrenta a una condena de 28 años de prisión, en el juicio que se ha celebrado contra él ha declarado además que estaba "muy cansado y alterado ese día", el 29 de septiembre de 2016, y que no se explica los motivos de su proceder.

Sin embargo, la fiscal ha recalcado que el acusado merece la mayor de las penas por ambos delitos ante la "especial gravedad de los hechos", que sucedieron después de que fuera a buscar a la niña al instituto y le dijera que tenía una "sorpresa" para ella en su casa, según ha contado al tribunal la menor, que ha dicho que pensó que le iba a dar una pizza.

La abogada de la defensa, por su parte, ha solicitado para el procesado una condena de 3 años y 6 meses de prisión como presunto autor de un delito de intento de homicidio en el que ha sostenido que concurren las atenuantes de confesión y de "intoxicación plena" de su cliente aquel día.

El acusado ha relatado que al llegar a la casa en la que vivía con su entonces pareja y la niña le lanzó por detrás un jarrón a la cabeza, la arrastró hasta la habitación, donde cree que intentó asfixiarla y le dio una puñalada en el abdomen.

Según ha declarado, la agarró por el cuello y le tapó la boca con un pañuelo, y después se fue a la cocina y cogió el cuchillo "más grande que había en la casa" y se lo clavó en el ombligo y, posteriormente, se lo retiró para que no le hiciera daño y lo dejó junto al cuerpo de la niña.

El procesado ha afirmado que "nunca tocó" con propósitos sexuales a la hija de su entonces pareja y que es "imposible" que intentara abusar de la niña por su estado físico, ya que la droga que había consumido inhibe el deseo sexual.

La fiscal, sin embargo, considera que ha quedado acreditado que el acusado cometió ambos delitos y que era consciente de lo que hacía, ya que, conforme a los informes forenses, su facultades mentales no están afectadas, y por ello ha pedido la pena máxima aplicable, dada la "especial gravedad de los hechos".

Para el Ministerio Público, el acusado merece el mayor reproche penal por su conducta, tanto por la puñalada que le dio a la menor, que era mortal de necesidad, según lo señalado por los médicos forenses, como porque intentó estrangularla varias veces y golpeó su cabeza contra el suelo e intentó penetrarla.

Además, ha rechazado que se le pueda aplicar como atenuante la confesión de los hechos, cuando dejó a la menor sola encerrada en la habitación y los comunicó a la Policía al día siguiente.

La fiscal ha señalado que el acusado ha reconocido "todos los hechos" relativos al intento de homicidio, que se agravan porque también se ha acreditado el prevalimiento, ya que se aprovechó de la confianza que tenía la menor en él.

Según la fiscal, el hecho de que el procesado no haya reconocido la tentativa de agresión sexual no quiere decir que no sea cierta, pues el informe ginecológico que se practicó a la niña apunta que hubo intento de penetración anal y vaginal.

Además, ha añadido que se hallaron muestras de ADN perteneciente a un mismo varón, tanto en el cuello como en la vagina y el ano de la menor.