Un mayor conocimiento de los mecanismos que contribuyen a la supervivencia de las células tumorales es clave para vencerlas. Un estudio publicado este jueves en la revista Cancer Cell, encabezado por Angel R. Nebreda, investigador de ICREA en el Instituto de Investigación en Biomedicina (IRB Barcelona), revela un nuevo mecanismo de protección para las células tumorales en el cáncer de mama e identifica nuevas dianas terapéuticas para tratar esta enfermedad.

El estudio ha sido financiado por las subvenciones Advanced and Proof of Concept del European Research Council (ERC).

Los resultados demuestran que la proteína p38alpha (p38) protege las células tumorales activando un mecanismo de reparación del ADN. En este sentido, p38 protege las células tumorales contra la acumulación excesiva de errores de ADN o mutaciones.

"Las células tumorales inherentemente tienden a acumular daño en el ADN, pero en algunos esta acumulación es mayor, y hemos observado que estas células son más dependientes de la actividad de p38", explicó Nebreda.

El cáncer de mama es el tumor más letal en las mujeres, causando 52.000 muertes en todo el mundo cada año, 6.213 de ellas en España, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El cáncer de mama se puede clasificar en tres tipos: receptor de estrógeno positivo (ER), HER2 positivo o triple negativo. Los experimentos se realizaron en un modelo de ratón caracterizado por el desarrollo de tumores de mama triple negativos. Este tipo de tumor representa el 15% de los casos de cáncer de mama y el tratamiento más efectivo hasta la fecha consiste en quimioterapia genérica. Para los otros dos tipos, sí están disponibles los tratamientos dirigidos, por tanto, este descubrimiento podría allanar el camino para mejorar las opciones de tratamiento para los tumores de mama triple negativos. Los investigadores usaron inhibidores de p38 para bloquear la acción de esta proteína en las células tumorales. Estos inhibidores ya se han utilizado en ensayos clínicos con pacientes, pero para otras enfermedades.

Las células tratadas con terapia combinada mostraron mayor acumulación de inestabilidad genómica, es decir, produjeron más daño en el ADN y un mayor número de variaciones cromosómicas. En consecuencia, muchas de estas células murieron y la masa del tumor se redujo considerablemente.

Los investigadores también creen que han encontrado una posible explicación de por qué dos de los tumores analizados no respondieron al tratamiento, lo que permite la diferenciación entre los pacientes que pueden beneficiarse de los que no lo harán. Observaron que la efectividad del tratamiento dependía del grado de inestabilidad cromosómica de las células tumorales y canto mayor es la inestabilidad, más eficaz es el tratamiento.