La Guardia Civil se ha incautado en los últimos cuatro años de más de 47 millones de cajetillas de tabaco de contrabando, valoradas en 200 millones de euros, en una lucha contra un delito que sigue en auge y del que viven muchas familias en zonas como Andalucía, Extremadura y Galicia.

La comunidad autónoma con más volumen de incautaciones es Andalucía, con 20,3 millones de cajetillas por importe de 86,4 millones de euros, seguida de Cataluña, con 17 y 70,9 millones respectivamente, y ya de lejos por Madrid y la Comunidad Valenciana, regiones en la que se intervinieron en esos cuatro años algo más de 3 millones de cajetillas valoradas en mas de 13 millones de euros. En Canarias se han llevado a cabo 674 actuaciones en las que se han localizado 451.435 cajetillas por valor de 1,4 millones de euros.

Ha sido el Gobierno quien ha ofrecido estas cifras en una respuesta parlamentaria a los diputados socialistas Antonio Hurtado y María Jesús Serrano, que se interesaron por el número de actuaciones llevadas a cabo por el instituto armado contra ese delito. Según se desprende de la respuesta, a la que ha tenido acceso Efe, en los últimos cuatro años, con cifras ya cerradas, la Guardia Civil realizó 36.726 actuaciones contra el contrabando, un tercio de ellas en 2014, mientras que en los años siguientes fue descendiendo hasta las 7.436 del ejercicio pasado.

La mayoría de estas intervenciones tienen que ver con diligencias por infracción administrativa de contrabando, pero también con atestados por delitos de este tipo tanto en aduanas como fuera de los recintos aduaneros.

En total, los agentes se incautaron en el último cuatrienio de 47.590.011 cajetillas de tabaco de contrabando, valoradas en 200,2 millones de euros, es decir, un valor medio de 4,2 euros por cajetilla. Por ejercicios, fue 2016 el año con más tabaco intervenido, con 14,5 millones de cajetillas valoradas en 61,3 millones de euros, por delante de 2015 (12,4 y 52,2 millones, respectivamente).

Con poco reproche penal y social, el contrabando de tabaco sigue en auge y, aunque se ha sofisticado, el trapicheo coexiste porque sigue siendo el "modus vivendi" de muchas familias.