> El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, Rafael Soriano, ha citado a declarar el próximo lunes a la acusada del asesinato de Gabriel Cruz, el pequeño de ocho años que centró una búsqueda de 13 días en Las Hortichuelas de Níjar y cuyo cuerpo apareció en el maletero del coche que conducía la autora confesa del crimen.

Fuentes jurídicas han indicado a Europa Press que esta tercera comparecencia está prevista a las 12,00 horas en la Ciudad de la Justicia, para lo que ya se ha emitido además mandamiento a la prisión provincial de El Acebuche, donde se encuentra en prisión provisional, para que acuda en compañía de sus letrados Esteban Hernández-Thiel y Beatriz Gámez a la toma de declaración.

Las fuentes consultadas han señalado que esta declaración viene a completar el testimonio de la única investigada por el caso, quien se enfrenta a los delitos de asesinato, detención ilegal y un delito contra la integridad moral, con lo que tras ella y a la espera de recibir algunos informes periciales aún pendientes, podría alzarse el secreto de sumario prorrogado recientemente por el instructor tras rechazar los recursos de las partes al respecto.

En esta línea, y según avanza ''La Voz de Almería'', el secreto sobre las actuaciones podría levantarse durante la próxima semana, lo que posibilitaría a la defensa así como a la acusación particular ejercida por los abogados Francisco y Miguel Ángel Torres acceder al sumario e intervenir de forma directa en el procedimiento.

Las partes ya vaticinaban hace un mes que el final de la instrucción se acercaba a la espera de que se incorpore al procedimiento el "informe final de autopsia" del menor, ante lo que la acusación particular avanzó que no preveía pedir nuevas testificales ante el previsible paso de la causa a tribunal de jurado con la previa comparecencia de Ana Julia Quezada para comunicarle la imputación.

Ana Julia Quezada fue detenida el pasado 11 de marzo en la Puebla de Vícar (Almería) por los agentes de la UCO cuando se disponía a entrar en un garaje con el cuerpo de Gabriel Cruz, ya sin vida, en el maletero de su vehículo.

Los agentes la habían sometido a una cercana vigilancia desde hacía días ante las sospechas de que pudiera estar involucrada en la desaparición del menor, quien pasada unos días en la casa de su abuela paterna y quien, el día de su desaparición, no llegó a la casa de unos primos que vivían a unos cien metros de distancia.

Tras su detención, la investigada prestó declaración ante la Guardia Civil, donde reconoció que había ocultado el cuerpo tras la muerte de Gabriel, aunque la encuadró en un episodio accidental. Posteriormente, compareció ante el juez en dos días consecutivos, lo que obligó a prorrogar su detención antes de que se decretara su ingreso en prisión sin fianza.