La Guardia Civil detuvo el domingo a un hombre de 55 años por un intento de homicidio, después de que apuñalara de gravedad en el cuello y el pecho a un amigo en Tabaiba (El Rosario). La víctima, conocido como Roger, de 52 años y nacionalidad alemana, llegó a Tenerife el viernes para pasar dos semanas de vacaciones. Y su mujer y su hija se hallaban en un país centroeuropeo cuando ocurrió el suceso. El herido recibió, al menos, 16 lesiones de arma blanca. Según una fuente, una de ellas perforó un pulmón y ayer el afectado estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Candelaria.

El hecho se produjo a las 21:00 horas en la terraza del chalet del afectado, en la calle España. El ahora arrestado y el apuñalado son amigos desde hace años y, de hecho, sus viviendas están una frente a la otra. A mediodía del domingo, ambos tomaron café en la casa de una vecina. El agresor invitó a la víctima a almorzar a su apartamento. Después fueron al inmueble del herido para bañarse en la piscina de este. Y por la tarde siguieron juntos comiendo y bebiendo.

Posteriormente discutieron y el acusado amenazó de muerte a su amigo. Según una fuente, el atacante fue a su domicilio, cogió dos cuchillos semicirculares y se puso guantes. Tras cruzar la calle de nuevo, tocó el timbre en la casa del afectado y este salió en bañador.

Entre ambos hombres hubo un forcejeo y el agresor provocó varias heridas de gravedad. El presunto autor se fue hacia su domicilio y se sentó en el exterior. Un policía nacional fuera de servicio se percató del revuelo vecinal y el atacante le dijo: “llama a la Guardia Civil y que vengan a detenerme”.

Este agente lo describe como un varón de complexión gruesa, pelo corto, que tenía sangre en su cuerpo. Dicho funcionario alertó al 1-1-2 y al lugar acudieron otros vecinos para auxiliar al herido, que, según una testigo, sangraba por ambos lados del cuello. Para intentar que no perdiera demasiada sangre, le taponaron las heridas con una toalla. Dos de las pocas frases que logró dirigir a quienes lo ayudaban fueron “llama a mi mujer, llama a mi hija”.

Sin embargo, hasta el mediodía de ayer, varios de esos vecinos no habían conseguido localizar el teléfono de dichos familiares para informarlos de lo ocurrido y esperaban que el Instituto Armado realizara las gestiones. El policía nacional acompañó a la víctima, taponándole las heridas, mientras era trasladado en la ambulancia medicalizada al hospital. Dicho agente acudió a la Comandancia de la Guardia Civil para declarar como testigo. La investigación corresponde a la Unidad Orgánica de Policía Judicial, que tomó testimonio a la pareja del acusado y a otra vecina que observó el altercado.

Respecto al detenido, algunas personas señalan que se pone muy violento si consume alcohol. Varios ciudadanos señalan que, en otras circunstancias, es afable y se dedica a reparar efectos electrónicos. Cuando llegó la Guardia Civil, dejó los cuchillos en el suelo, levantó los brazos y se puso en el suelo, boca abajo, para que lo apresaran.