La Audiencia de Zaragoza ha condenado a 4 años de prisión al exjefe de la Oficina de Tráfico de la Policía Local de la capital aragonesa, Jesús Javier V.R., por violar la intimidad de catorce compañeras a las que grabó en diversas ocasiones por debajo de sus faldas sin que se percataran.

En su sentencia, el tribunal considera probado que entre los meses de febrero y septiembre de 2016, el acusado se sirvió de un dispositivo de grabación de vídeo integrado en un bolígrafo que ocultaba en una papelera situada de forma estratégica en la parte frontal de la mesa de su despacho.

Señala el tribunal que durante dicho periodo de tiempo, el encausado llamaba a su despacho a las trabajadoras que vestían faldas o vestidos por motivos intrascendentes y aprovechaba para capturar fotografías y vídeos.

Tras su detención, motivada por las sospechas generadas a causa de su comportamiento, los agentes policiales encargados de la investigación localizaron en el domicilio del denunciado un ordenador con más de 5.000 fotografías y 600 vídeos de las entrepiernas y bragas de sus compañeras.

Además, relata el fallo, el acusado identificaba los archivos con los nombres de las denunciantes y con adjetivos sobre las fisonomías de partes de sus cuerpos.

El tribunal fundamenta la condena al acusado por 14 delitos contra la intimidad, que sanciona globalmente con 4 años de cárcel así como con el pago de 4.320 euros de multa y 38.600 más en concepto de indemnizaciones a las víctimas, en el testimonio de las denunciantes y en la prueba obtenida por los investigadores.

Descartan los magistrados la tesis esgrimida en su defensa por el acusado, que alegó haber colocado el sistema de grabación para obtener "pruebas" ante las posibles amenazas que pudiera recibir en su despacho de personas disconformes con los procedimientos sancionadores que tramitaba.

Lo cierto, señala la sentencia, es que todas las imágenes que guardaba el denunciado eran las realizadas bajo las faldas a las compañeras a las que llamaba a su despacho.

En sus fundamentos jurídicos, el fallo resalta el "torcido interés libidinoso" del plan ideado por el ex jefe de Tráfico de la Policía Local de Zaragoza.

Una conducta, añaden los magistrados, agravada por el hecho de que fue llevada a cabo no por un "simple particular", sino por un funcionario público que se "prevalió" de su cargo para grabar zonas íntimas de sus compañeras sin ningún tipo de consentimiento.

El tribunal no aprecia ninguna atenuante por enajenación en la conducta del acusado, a tenor de lo manifestado en la vista por las forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que no sólo descartaron que padeciera alguna enfermedad mental sino que consideraron que tendía a "exagerar" sus trastornos para justificarse.