La Guardia Civil de Cantabria ha detenido a tres hombres de 18, 57 y 36 años, además de un menor, a los que se acusa de ser los presuntos autores de robos con fuerza de 21 aves exóticas, una de ellas en peligro de extinción.

A uno de los hombres y al menor se les considera también presuntos autores de delito de maltrato animal, al estar las aves que tenían en su poder con falta de cuidado y desnutrición, ya que, según los servicios veterinarios, de seguir así podían haber llegado a morir, según informa la Guardia Civil en un comunicado.

Por el momento, se han recuperado un guacamayo, un loro cariamarillo, un loro real y un loro gris de cola roja, este último en peligro de extinción, a los cuales se les ha vuelto a poner microchip.

También se los ha entregado a sus legítimos propietarios.

Sobre el resto de animales, la Guardia Civil continúa realizando las pesquisas oportunas para su localización, sin que se descarte la venta de alguna de ellos.

La actuación de la Guardia Civil se inició el pasado mes de junio cuando, con solo cinco días de diferencia, se produjeron dos robos con fuerza de aves exóticas en Cantabria, en los que se apoderaron de dos loros cariamarillos y otros dos loros vinaceos.

En otro robo con fuerza, tras romper candados de seguridad y la cerradura de una caseta, se sustrajeron otros 17 ejemplares, de los cuales ocho son loros gris de cola roja, dos cacatúas galerita y siete pollos jóvenes de cacatúa, guacamayos y loro real, además de 45 kilogramos de pienso para estas aves.

Todas portaban anilla identificativa o microchip, y algunas de ellas se encuentran dentro de la relación de especies amenazas, si bien los ocho ejemplares de loro gris de cola roja y dos loros vinaceo se consideran especies en peligro de extinción según el Convenio CITES.

Tras las primeras pesquisas se detuvo el pasado 5 de julio a un vecino de Cartes como uno de los presuntos autores de los hechos y, aunque no se le encontró ninguna de las aves, sí se obtuvieron pruebas de que tuvo en su poder alguna de ellas.

Las investigaciones realizadas por el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) y el Equipo Roca de la Guardia Civil de Cantabria llevaron a varios domicilios de Torrelavega donde podrían encontrarse algunas de las aves sustraídas.

Practicados tres registros domiciliarios, los agentes localizaron a cuatro aves exóticas cuya propiedad no pudo ser justificada, por lo que fueron intervenidas.

Una de estas aves, un loro gris de cola roja, al ser recuperado emitió diversos sonidos que permitieron a su dueño identificarlo, ya que, según explicó, esos sonidos eran el nombre de su perro e imitaban la forma en que él le llamaba.

En los primeros días de agosto se detuvo a dos vecinos de Torrelavega que tenían en su poder a tres de los animales recuperados, y a un menor al que se le encontró el cuarto.

Además, se pudo comprobar que este menor tenía en vigor una orden de detención e ingreso en un centro socioeducativo dictado por el Juzgado de Menores de Santander, de manera que ha sido remitido al centro tras su detención.