El acusado de matar a su madre en el municipio tinerfeño de Arona el 1 septiembre de 2016, Dino M., ha sido declarado hoy culpable por el tribunal del jurado.

Después de tres sesiones de juicio oral, en las que se tomó declaración a numerosos testigos incluido el padre, el jurado popular ha declarado al joven croata de 20 años culpable de homicidio.

Dino M. declaró el pasado lunes en la apertura del juicio oral que siempre tuvo una relación “estupenda” con su madre, quien era la persona “más importante” de su vida, y que la mañana en que sucedieron los hechos no tuvo ningún conflicto con ella.

Algunos vecinos declararon durante la segunda sesión del juicio que sí hubo una discusión entre un hombre y una mujer en el domicilio de la familia croata el día de los hechos, que eran entonces nuevos en el vecindario y habían establecido pocas relaciones.

Según el testimonio del padre, él y su hijo salieron esa mañana a primera hora para resolver papeleo en una oficina de Hacienda y Dino regresó primero a casa.

Cuando el padre llegó al domicilio encontró la puerta del garaje abierta, detalle que le tenía “bastante preocupado” desde que el 20 de agosto anterior los tres familiares se la encontrasen igualmente abierta cuando volvían del supermercado; además, él era el único que disponía de mando para abrirla.

Dentro de la casa encontró a la mujer en el salón, tumbada de espaldas, sin pulso y sin respiración, junto a un cuchillo, una tabla para cortar el pan rota, un trapo de cocina y huellas de sangre “como si alguien intentara limpiarse” en la pared que, según él, no estaban antes de salir. También le llamó la atención que su hijo Dino M. no estuviese en casa.

Durante el juicio el joven ha alegado una presunta amnesia psicogénica, producto del episodio traumático, para alegar que no recuerda acontecimientos posteriores a esa salida, como su vuelta a casa o el origen de unos cortes en su muñeca izquierda.

Sin embargo, los psiquiatras que lo examinaron dudan de dicha amnesia, ya que tan solo aparecería tras vivir un episodio traumático que fuerza a los mecanismos de defensa mentales a olvidar ese intervalo concreto de tiempo, por lo que el acusado debería de recordar los hechos que vivió justo antes de la muerte de su madre.

Los informes periciales confirmaron que la madre murió por asfixia cerebral irreversible tras un estrangulamiento manual, que le produjo un edema, coma cerebral y muerte encefálica, y que los cortes superficiales en distintas partes de su cuerpo inducen a creer que la víctima estaba en movimiento debido a una lucha entre ella y su agresor.

El padre, según testigos, salió del domicilio con la mujer en brazos y pidiendo ayuda a gritos, antes de que la policía se hiciera cargo de la situación y detuviese al hombre, que pasó la noche en el calabozo, cuando ya sabía que su hijo también estaba en prisión.

A Dino M. lo encontró la Guardia Civil vagando la misma tarde del 1 de septiembre en el arcén de la carretera que une Las Galletas y Las Rosas.

La familia había llegado a Tenerife a finales de julio de 2016, según Dino M., para “cambiar” sus vidas y “huir del estrés” que padecían en Croacia, y tenían pensado montar una empresa de máquinas de agua en la que el joven, mayor de edad desde marzo de aquel año, ayudaría.